Nada mejor como ser del municipio para conocerse todos los atajos para evitar los atascos, cuando se puede, claro. Ayer era uno de esos días donde los teldenses conocedores de las vías de la localidad tenían que aguzar el ingenio, montarse su particular GPS mental, más que el electrónico, y tirar de memoria para no verse atrapados en lo que ayer fue un verdadero suplicio para miles de conductores.

El panorama no era nada esperanzador a medida que se iban formando los atascos en las diferentes vías interiores, de acceso o salida del municipio. Las espectaculares barranqueras fueron anegando las calzadas de gran parte, para no decir de todas las carreteras y a medida que pasaban los minutos, el tráfico primero se reducía, luego se retenía y al final, terminaba en punto muerto. No había forma de escapar de las colas y la desesperación que conlleva la espera, pero hubo -no muchos- quienes lograron salir adelante.

Pero estos avispados conductores, sabedores de los atajos, se salvaron de una 'procesión' de vehículos y de arranque y primera, parada, arranque y primera, parada y así durante kilómetros. ¿Cómo escaparse del enorme atasco de la autopista GC-1?, ¿cómo llegar a tu punto de destino con los nervios alterados y mucho menos combustible en el depósito del vehículo? Preguntas fáciles de contestar si el conductor no ha quedado todavía atrapado. Para Melenara, si tuvo tiempo de no toparse con el atasco, los que iban a esa playa y a otros barrios costeros cercanos tenían la respuesta: irse hacia el polígono de Salinetas y volver sobre sus pasos, evitando así el embrollo de la bajada por La Mareta o por la carretera de toda la vida. Desde La Garita lo mejor era, cuando el tráfico seguía sin los apuros que luego se produjeron, seguir por La Estrella para dirigirse al centro de Telde, pero fue una opción que se desbarató pronto.

Más complejo era acceder al centro de Telde, con la autovía del Cabildo anegada y con los vehículos formando el atasco al tener que reducir la velocidad por precaución; la carretera de El Calero también poco a poco colapsada y ya la opción de ir hacia la Base Aérea se antojaba más complicada, por la distancia y porque la GC-1 ya no daba para más. La solución que adoptaron los conocedores del terreno, subir por la vía secundaria que partiendo del Hiperdino de Marpequeña conduce hacia Callejón del Castillo y de allí a poca distancia de la entrada a Telde desde la carretera de El Calero. Eso sí, había que saltarse el disco que prohibía la entrada a los no residentes, pero el día, decididamente, no estaba para legalismos.