María Aurora Romero no puede ocultar su disgusto ante las numerosas pérdidas que ha sufrido el negocio que dirige, la pizzería La Sabbia ubicada en La Garita. La ilusión con la que se puso al frente de este local hace un año se ha visto embarrada por las inundaciones. Ese día, recuerda aún agitada, estaba en la terraza junto a una empleada. Las mesas le sirvieron de taburetes para no verse arrastradas por la corriente y fue necesario, a su vez, que se aferrasen a la valla que delimita la misma. "Durante media hora vivimos momentos muy duros", insiste, "y fue muy complicado cruzar hasta el interior de la pizzería para ponernos a salvo".
Este espacio, además, se convirtió en un punto de encuentro para numerosos viandantes que, al igual que ella, se vieron sorprendidos por la tromba. El garaje de este inmueble, que hace la función de almacén, se anegó por completo de agua, por lo que varios efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) estuvieron bombeando desde las doce y media de la noche del viernes hasta las ocho y media de la mañana del día siguiente.
Ha perdido dos televisores de 32 y 42 pulgadas, dos congeladores de metro y medio de longitud, dos arcones repletos de comida, numerosas bebidas, varios toldos y algunas barandillas. El perito evaluará hoy los daños, que cifra en miles de euros. "Ha sido una desgracia, si el seguro no responde, ¿quién me va a pagar todo esto?", señaló.
