La Provincia - Diario de Las Palmas

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San Gregorio saborea leche y gofio

Los vecinos disfrutaron de una jornada de degustación del potaje de berros canario, música y deportes tradicionales y ganadería - La tarde terminó con la misa y procesión del santo

Luis González muestra su oveja 'Ussa' a la alcaldesa y a Juan Martel. YAIZA SOCORRO

"Déjame un vasito de leche de Antoñito Sosa, mi niña. Bueno, no, de su vaca", bromeó Nievitas, una auténtica teldense de 78 años que viene todos los años a la tradicional ordeñá por las fiestas de San Gregorio.

Pajarita, Mariposa, Mariola y Sonia son las cuatro vacas que ayer mostraron a los vecinos de dónde llega la leche que beben cada día en sus casas. Así, los hermanos Ixone y Hegoi Aparicio de 6 y 3 años, miraban asombrados como los dueños de los animales les apretaban las ubres para llenar los vasos con gofio que luego se bebían los allí presentes. "Cada vez es más difícil ver animales y me gusta traerlos para que vean que la leche no viene de los tetrabriks", explicó el padre de los dos hermanos, Alfonso Aparicio.

Cerca del padre con los niños estaban Carmen Rosa Cárdenes y Yerobe Alonso, inculcados en la cultura canaria desde pequeños, y que vienen cada año a disfrutar del evento. Los jóvenes de 17 y 18 años son bailadores de música autóctona y cuentan estar criados "entre cabras y en este mundo" desde que nacieron. Yeimi Rodríguez, por su parte, tiene 10 años y es la primera vez que asiste a la ordeñá con uso de razón. Asegura que "le gusta mucho", acercándose, cada vez más, a la valla para verlo más de cerca cómo Antoñito Sosa hacía su trabajo.

El ganadero, observado por todos, no paró de ordeñar a sus vacas Mariola y Sonia. El teldense de 70 años lleva "toda la vida" dedicándose a los animales y es "el primero y el último que queda con ganado del país en el municipio". Sosa, ya jubilado, afirma que su ganado "le da la vida". Junto a él, Pedro Montesdeoca, dueño de Pajarita, cuenta como disfruta con este mundo a pesar de lo "sacrificado" que es , y asegura, además, que le "encanta" participar con sus animales "en verbenas, romerías y arrastre de ganado".

Colaboradores de esta degustación, en la que se repartieron más de 20 litros de leche recién ordeñada, fueron también los dueños de Mariposa, Loli Hernández y su padre. La joven de 33 años era la única mujer entre los ganaderos, que explicó "la vocación" que hay que tener para llevar a cabo esta labor. "Es un trabajo como otro, pero no se tiene días de fiesta, es una pasión inculcada por mi padre", aclaró.

Durante el acto, las nubes amenazantes de la mañana desaparecieron para dejar paso a un sol reluciente que llenó de alegría las calles del barrio repleto de asiduos que gozaban del día de fiesta. Comer castañas por la época o helado por el calor fue la duda de muchos que por allí rondaban. Y al ritmo de la música de la parranda El Cilantro de Ingenio, los visitantes se movieron para ver las demostraciones de lucha canaria y del juego del garrote tradicional por la escuela del Maestro Paquito Santana de Telde.

Al mismo tiempo, tuvo lugar la feria de ganadería en las ramblas de Pedro Quevedo. Cabras, vacas, ovejas, ponis, caballos y un burro conformaron el conjunto de alrededor 100 reses de animales. Este año no hubo entrega de premios y esta se sustituyó por una pequeña ayuda al transporte. Los más pequeños disfrutaron más que nadie montando en los ponis o acariciando a las cabras.

Al medio día, Tonono Montesino ya tenía todo preparado para comenzar a elaborar el potaje de berros tradicional que dio para unas 400 raciones a repartir entre los asistentes. Seis kilos de costillas, diez de berros, seis de calabaza, seis de calabacín, 25 de papas, uno de ñame, cuatro de judías verdes, seis de zanahoria, diez piezas de piña, doce litros de agua y cinco de judías tiernas cocinándose desde las nueve de la mañana, fueron los ingredientes que le dieron el sabor perfecto a este día de San Gregorio.

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