Esta gestión empresarial acorde con el apoyo a las minorías y al entorno natural fue destacada ayer por la directora de Lavandería Crisol, Soraya Guadalupe, la alcaldesa de Telde y la consejera insular de Industria, Carmen Hernández y Minerva Alonso, durante la visita realizada a las instalaciones de la empresa. Ambas políticas destacaron el compromiso social de esta industria y la definieron como un ejemplo a seguir.
Crisol, con un servicio automatizado y de última tecnología, funciona los 365 días al año y lava a diario 25 toneladas de prendas, aunque tiene la posibilidad de ampliar hasta las 30, según informó su directora durante el recorrido, en el que fue explicando los distintos procesos de lavado, secado y planchado existentes en la lavandería. Un proceso que tiene como finalidad, apuntó Guadalupe, facilitar la labor al personal, que cada dos horas rota de puesto por motivos de salud laboral, para evitar los efectos del automatismo. Otro dato que se resaltó sobre la plantilla es que las mujeres son el 54% y los hombre el 46% restante, unos porcentajes que "también nos permite acercarnos a la paridad laboral", indicó la directora de Lavandería Crisol ante los túneles de lavado.
Asimismo, la empresa muestra su compromiso con el medio ambiente, ya que ha ido paulatinamente eliminando el uso del cloro y la lejía -que se mantiene solo para determinadas limpiezas- y utiliza el oxígeno activo a una temperatura de 40 grados para limpiar todas las prendas que recogen y posteriormente entregan de los hoteles donde presta sus servicios. Su distribuidor de productos para el lavado es la empresa Ecolab.
Con el oxígeno activo a esa temperatura, según indicó Guadalupe, "se consume por un lado menos energía y por otro logramos reducir el impacto en el entorno y la contaminación. Este producto sería algo así como la imitación del lavado y secado de la ropa al sol, sin elementos contaminantes".
Los trabajadores distribuidos ante la maquinaria para realizar las distintas labores de la lavandería seguían con su trajín diario y tras la salida de sábanas, fundas y otra ropa de cama de los dos túneles de lavado -sustitutos de las lavadoras tradicionales- con cargas automatizadas de entre 50 y 60 kilos, procedían a su secado y planchado ante la mirada anhelante de algún que otro visitante, que llegó a pedir una "lavandería como ésta en miniatura para mi casa".
El color es el blanco. Sin discusión y con presencia casi absoluta. Salidas de los túneles de lavado, todas las prendas que siguen el proceso hasta su envío a los hoteles de donde proceden son blancas, más fácil de limpiar y que no esconde la suciedad como las prendas de otros colores.
Líneas especializadas en cada proceso de la industria, con maquinaria que hace más cómoda la labor del personal, que se evita agacharse cada dos por tres para recoger las prendas y otras ventajas que pretenden convertir la jornada laboral en horas de rendimiento y eficacia, no de sufrimiento.
Al término de la visita, Carmen Hernández destacó el ejemplo de Lavandería Crisol por su compromiso con el medio ambiente y las personas con discapacidad, al tiempo que insistió en la voluntad del grupo de gobierno, ya expresada en otras visitas, de conocer a fondo la realidad del tejido empresarial del municipio para buscar las soluciones a las demandas que hacen los empresarios.
Minerva Alonso, por su parte, señaló que desde el Cabildo de Gran Canaria se está haciendo un estudio de la realidad empresarial en la Isla y una vez realizado llevar sus conclusiones y propuestas al Gobierno regional para que entre ambas instituciones, ayuntamientos y empresas se realice una hoja de ruta para impulsar la economía.
Así, Alonso, que resaltó la colaboración del Ejecutivo canario, confía en que en 2016 se pueda confeccionar un plan director plurianual como el existente con las zonas comerciales abiertas. Una propuesta que la consejera prevé llevar ante el Gobierno regional.
