Jinámar aún no se había recuperado ayer del gran éxito del concierto de Los Lola, en el que la plaza del pueblo quedó abarrotada la noche anterior, cuando los participantes de la feria de ganado ya estaban descargando sus animales en la trasera de la Carretera General. Desde las diez de la mañana se notaba en el ambiente el espíritu fiestero y agitado de los vecinos que querían disfrutar del último día de las fiestas, que dijeron adiós a su 25 edición con la procesión de la Virgen y los miles de fieles a su paso.
Estrella Medina era la única mujer que estaba allí colocando ganado. Es de Firgas y hace 13 años que participa en esta feria junto a su marido Raimundo Alemán. Habla de lo sacrificado que es, pero afirma que participar en acontecimientos como estos es "una forma de seguir con la tradición de toda la vida" y de no echar de menos a los otros ganaderos "que ya conoces de los años en esto".
Como Estrella, José Benito Quintana y su mujer sienten orgullo de ser partícipes de un acto como este al que llevan acudiendo más de diez años, pero temen la desaparición de la fiesta por la poca importancia que se le da y los escasos recursos que se le aportan. "Va fatal, cada año vienen menos animales y ganaderos, porque los premios no compensan, hay que poner mucho dinero para el transporte y nadie aporta ninguna ayuda", explicaron.
Junto a ellos estaba César Mentado de 15 años, que cada año acude a esta y otras ferias de ganado de la Isla. El menor era el más joven de todos los ganaderos y explicaba con ilusión que desde los cuatro años vive esta pasión "que espera no desaparezca".
El mismo miedo a la pérdida de la tradición "de más de 20 años" la tienen los colaboradores en el concurso y miembros del patronato, Soledad Hernández y Luis Rodríguez, que cuentan apenados, y pensando en ideas para cambiar la situación el año que viene, como el declive de la feria es un hecho, con la participación de 67 animales este año en comparación con los 140 del año pasado. "Es una pena que no se haga por mantener esta tradición, porque si este año ha venido menos de un 50%, el año que viene vendrá un 20%", apuntó Luis Rodríguez.
"Hay que incentivar a los ganaderos, ayudarlos aunque sea con un saco de pienso para los animales, aumentar los premios y motivarlos a venir", aseguró mientras hacía una llamada a las administraciones para que tengan una mayor implicación en estos actos populares. "La gente siempre viene a ver los animales, porque les gusta y disfrutan con esto, como los ganaderos que ven a otros del sector y hacen trueques", añadió Rodríguez, afirmando que se trata de algo bonito que si no se cuida se terminará por perder.
Y lo que no se perderá jamás es la ilusión de los fieles al ver salir a la Inmaculada en su día. Ayer, minutos previos a la procesión y mientras se celebraba la misa en su honor, la Carretera General de Jinámar comenzó a llenarse por una multitud que estrenaba galas. Cada uno con su mejor ropa esperaba impaciente la salida de la Virgen para homenajearla y seguirla.
Algunos cumpliendo promesas, otros por tradición, unos llorando y otros sonriendo. El sol comenzó a apretar como se apretaba cada vez más la multitud que no dejaba de llegar, hasta que miles de fieles de toda la Isla se convirtieron en uno para ir tras la Concepción. Ancianos, mayores, jóvenes, niños, concejales y la Banda de Música Municipal de Telde formaron el entramado de este día especial.
Desde las azoteas los vecinos la veían pasar y alguno que otro le cantaba una folía ante las miradas brillantes del resto y las tracas sonando después. Tras la marcha, la Inmaculada Concepción volvió a la iglesia, seguramente orgullosa del gran trabajo hecho por el patronato un año más y especialmente este por un 25 aniversario que cierra de la mejor manera posible.
