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Telde, escuela de 'cheerleaders'

Jenifer Santana prepara y selecciona a las animadoras del Herbalife Gran Canaria en su academia de danza en San Gregorio

Jenifer, en su academia de danza en San Gregorio. YAIZA SOCORRO

Jenifer Santana González (Telde, 1988) habla pausado, pero muestra confianza en lo que dice y, sobre todo, mucho convencimiento en lo que hace. Nada menos que convertir a sus alumnas desde su academia en Telde en las mejores cheerleaders de España y las segundas de la Eurocup de baloncesto con unas enseñanzas en las que partiendo de la técnica de la danza clásica introduce a jóvenes y niñas en los movimientos y coreografías que en cada partido del Herbalife Gran Canaria en la Liga Endesa y en la Eurocup hacen disfrutar a un público entusiasmado.

Con tres años empezó en la Escuela de Música y Danza de Telde, con el profesor José Luis Donaldson y con él aprendió ballet clásico. Pero inquieta, "estuve ahí hasta terminar los cinco años de danza y luego necesitaba un cambio y me fui a hacer baile moderno en otra escuela de danza". Hasta los "11 o 12 años estuve en la compañía de danza, que Donaldson tenía en Gáldar", pero se le hacía cuesta arriba y dio su primer giro hacia otro estilo, el de la danza de jazz, que se impartía en Telde con Rubén Tenesor. Su madre, "que me tenía en un puñito porque soy hija única" ya estuvo más tranquila al ver que tenía a Jenifer cerca de casa, aunque la experiencia en la nueva academia fue de solo un año. Más tarde empezó a estudiar por varias escuelas de danza de Las Palmas, acudiendo a diferentes masterclasses, con ballet clásico y contemporáneo.

Con 18 años ya estaba cansada de estar en clase, "cogí esa edad donde no se quiere hacer nada, pero al final encontré un grupo, el de las cheerleaders del Herbalife Gran Canaria, al que entré mediante un casting. Allí empecé a tomar clases de cheerleader y animación. Estuve hasta los 23 años, desde 2006 al 2012, trabajando a tope para los partidos del Herbalife, de fútbol playa y diferentes eventos internacionales, a través de la agencia Before".

Pero, de nuevo, Jenifer tenía ganas de cambio y se aventuró en 2013 a crear su propia agencia de cheerleaders, Diamond, y a montar más tarde su propia academia de danza. A la velocidad del electrizante juego del Khimki ruso, que quitó la gloria del campeonato de la Eurocup al Herbalife, "la pelota ni se veía cuando jugaban por la velocidad a la que iba", recuerda, la joven empresaria, con los nervios propios de quienes empiezan de cero, no se arrugó y puso todo su empeño en su proyecto. "Al principio no tenía espacio físico para la academia y pocas alumnas, pero pedí al Cabildo que nos dejara ensayar en el Centro Insular de Deportes y aunque costó tiempo, al final lo conseguí. Cuando no nos dejaban, nos íbamos a entrenar en la playa".

Autónoma y joven, dos obstáculos con los que se encontró Jenifer en sus comienzos, pero se movió por empresas para que la conocieran, "ya que no solo está la mía, sino muchas más. Empecé a moverme y al final conseguí que Coca-Cola nos fichara como su imagen oficial en Canarias, también BP Ultimate y otras marcas que nos han escogido". Con todo este bagaje, la monitora y ex cheerleader tuvo claro cuál era su mejor coreografía: la creación de su propia agencia y academia, "ya que en vez de buscar chicas de otras agencias, monté la mía propia en Telde, donde vivo".

Fue en 2014 y lleva la escuela de danza y las cheerleaders, aunque también imparte ballet clásico desde los tres años hasta nivel avanzado, moderno, funky, hip-hop, jazz, entre otros, aunque el que cuenta con más alumnado es el moderno peque, con 19 miembros. Ahora tiene 136 alumnos, solo cuatro ellos son niños, de entre siete y 12 años, "aunque los tenemos mimados". Considera que es una pena que no se tenga en cuenta el ballet clásico porque es importante para adquirir técnica, algo que sí exige a las animadoras.

Además de las cheerleaders, también tiene un grupo de minicheers, "que actúa durante los descansos de los partidos del Herbalife y tanto al público como sus padres se les cae la baba con ellas".

Desmiente que ser animadora de eventos deportivos, como el baloncesto o el fútbol playa suponga "ser una chica mona, pero tontita, que es la imagen que se suele dar en las películas". Ni por asomo, asegura Jenifer que para este reportaje abrió por la mañana la academia y reclutó a varias de sus alumnas para las fotos. En sus ejercicios se ve que el esfuerzo es primordial, pero también que las chicas se sientan cómodas y se diviertan, concepto este último que la profesora considera muy importante: "Si no disfrutan con lo que hacen se terminan aburriendo y se van. Entran con nervios cuando tienen que actuar, pero los aplausos del público las anima mucho".

Destaca que sus alumnas saben inglés y siguen con sus coreografías con todos los estilos musicales y con un objetivo claro. "Queremos seguir siendo las primeras cheerleaders de España y ser las primeras de la Eurocup, ya que el año pasado las del Alba de Berlín ganaron la competición y nosotras este año queremos ser las primeras".

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