El entorno del colegio Néstor Álamo, en el barrio de Jinámar, se ha convertido no solo en un lugar de mala imagen, sino también de peligro para los escolares. Según denuncian los vecinos, un coche abandonado desde hace tres o cuatro meses ha sido víctima de continuos robos y solo quedan de él la cabina, "varias ruedas, ni matrícula y asientos rotos". Pero los niños se meten en él y corren peligro de herirse o lastimarse, dicen.