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El irrefrenable afán de Makita por pintar

La artista teldense expone 84 retratos y abstractos en la ermita San Pedro Mártir hasta el día 30

Makita Alonso, junto a algunos de sus cuadros. SANTI BLANCO

Makita Alonso tiene desde que era niña un irrefrenable afán por pintar, una afición a la que pasados los años ha podido dedicarse y ha logrado que su sueño sea realidad. Con 84 cuadros colgados, esta empresaria de productos biológicos y monitora integral de arteterapia presenta su exposición Retratos y Abstractos en la ermita San Pedro Mártir, en el barrio teldense de San Juan, hasta el 30 de diciembre.

El variado y potente colorido de sus obras no pasan desapercibidos al visitante, que puede encontrarse con retratos de John Lennon o Carlotta de Mónaco, de Darwin y otros personajes, todos ellos plasmados después de la observación de fotografías o cuadros, aunque se guarda un as en la manga: un retrato de su hija, el primero que pintó en los dos años que ha empleado para presentar esta muestra.

Es la tercera exposición en solitario que realiza, aunque su trayectoria se inició hace 15 años, en 2000 con una colectiva del Círculo Cultural de Telde en La Fraternidad, primera experiencia que ha tenido continuidad en estos tres lustros por diferentes salas de exposiciones, entre ellas el Club La Provincia, la biblioteca de Arnao o el Casino de Gáldar. Todas le han servido para indagar sobre la pintura y su colorido, que en esta muestra en solitario destaca por los trazos coloristas y gruesos con los que pinta, aunque el retrato de Darwin, una de las joyas es de un cromatismo muy sobrio y que ha llamado la atención de más de un visitante de la exposición.

Makita, madre de cuatro hijos, es también poetisa y maestra de reiki y se reconoce influenciada por el arte de Van Gogh, Matisse, Dalí o Picasso, aunque muestra sus preferencias por el impresionismo, gusto bastante palpable en la mayoría de los cuadros que expone. Ha pintado de todo, desde paisajes, marinas, bodegones, árboles, pero en estas obras ha querido mostrar su atracción por los retratos, por las caras, "de las que me llaman sus expresividad, que me dicen mucho, así como los ojos que pinto".

La artista teldense recuerda que desde niña le encantaba pintar y lo hacía en cualquier soporte: trozos de tela y de cartón, pero su afición, sin olvidarla porque se define como una pintora casi compulsiva y que pinta muy rápido, tuvo que dejarla a un lado para, además de ser empresaria, ser madre y cuidar de sus cuatro hijos.

Su introducción a la pintura tuvo lugar gracias a las clases que impartía en el colegio de su hija la profesora María del Carmen del Toro, que durante tres meses enseñó a esta entusiasta alumna los conceptos para dedicarse a este arte. Más tarde, Makita Alonso se apuntó en la escuela Luján Pérez , donde permaneció dos años para aumentar su preparación con los pinceles y paletas de colores.

Define su estilo como el de una pintura con trazos gruesos, que incluso se puede tocar con los dedos porque le gusta mucho la textura en sus cuadros. Si en los retratos le atrae la expresividad de caras y ojos, en sus abstractos, la otra parte de su exposición, es el colorido que se contempla en el universo lo que más le seduce.

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