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Industria Análisis de la situación de los polígonos industriales de Telde

Telde concentra tres de las cuatro zonas industriales peor conservadas de la Isla

El Cabildo califica de muy deficientes Lomo La Francia, Bocabarranco y Maipez - Solo cree adecuado el parque empresarial de Jinámar y aceptable el de Melenara

Telde concentra tres de las cuatro zonas industriales peor conservadas de la Isla

Un suspenso en toda regla, sin paliativos es la nota que el Cabildo de Gran Canaria pone a las nueve zonas industriales de Telde analizadas en un informe presentado por la consejería insular de Industria, Artesanía y Comercio al Gobierno de Canarias. Solo el parque empresarial de Jinámar aprueba el examen, mientras que el otro parque empresarial del municipio, el del Melenara, recibe una calificación de aceptable, frente a la de adecuado obtenida por el anterior. El resto, para hacer una profunda reflexión sobre su presente y futuro: tres de ellos -Maipez, Bocabarranco y Lomo La Francia- son catalogados como muy deficientes y otros cuatro -Cruz de La Gallina, Salinetas, El Goro este, El Goro oeste- se les considera deficientes.

La preocupación del grupo de gobierno del Ayuntamiento de Telde ante este panorama es manifiesta y ha supuesto que la alcaldesa, Carmen Hernández, haya sostenido en estos últimos meses reuniones con las asociaciones de industriales de varios de estos polígonos para poner en marcha un programa para su recuperación y reactivación. Este programa pasaría, como ha explicado Minerva Alonso, consejera insular de Industria, por una atención individualizada de cada zona industrial y en estrecha colaboración con el Ayuntamiento de Telde, administración pública que también es miembro de las distintas asociaciones de industriales al disponer de suelo en los polígonos a través de convenios urbanísticos.

Alonso, quien junto a Hernández ha visitado los polígonos de Cruz de la Gallina, Lomo La Francia, El Goro o los parques empresariales de Jinámar o Melenara, ha expresado en estas visitas la necesidad casi imperiosa de que estas zonas industriales se constituyan en entes de conservación, como han hecho las dos existentes, precisamente las que han aprobado el análisis de los técnicos insulares.

De hecho, es el mismo informe del Cabildo el que recoge en una de sus conclusiones que "las áreas gestionadas a través de entidades de conservación son las que se encuentran en mejor estado" y así lo expuso la consejera en una reunión mantenida con el sector industrial. Alonso anunció en la presentación del estudio que "el Cabildo tendrá un papel proactivo en la búsqueda de financiación, ya sea del Gobierno canario, poseedor de las competencias, o de la Unión Europea para recabar el apoyo económico necesario para situar los polígonos en un estado de conservación óptimo, moderno y competitivo con especial atención a la innovación".

Así, según opina la titular de Industria del Cabildo, "es necesario disponer de una herramienta para la planificación económica, territorial y urbanística, así como conocer las deficiencias de las áreas industriales para proponer mecanismos de intervención y consolidar espacios productivos coherentes con las demandas empresariales, sus trabajadores y sus clientes".

La tarea es complicada si se tiene en cuenta que en Telde se encuentran tres de los cincos polígonos industriales catalogados como muy deficientes por el análisis realizado por los técnicos insulares. Lomo La Francia, Maipez -ambos en Jinámar- y Bocabarranco, en la zona costera de Telde y otros cuatro son deficientes. Además, como oc urre en Lomo La Francia, una zona industrial con unas 15 empresas, se hace muy complicado que puedan constituirse en ente de conservación, salvo, como han expresado los miembros de su asociación, las administraciones atiendan a sus peculiaridades y les den facilidades para cambiar.

El análisis realizado por el Cab ildo es contundente sobre el estado de conservación y dotación de las zonas industriales de Telde, no regatea para definirlo. "Desde el punto de vista del impacto visual, analizando la disposición territorial de las zonas empresariales también hay que indicar como zonas en amplio estado de deterioro como Bocabarranco, El Goro este, que se encuentran en el borde de la GC-1 con gran impacto visual, a lo largo de la vía de conexión entre la capital, zona turística y aeropuerto. Por otro lado, el ajardinado e incorporación de áreas verdes a los polígonos en general inexistente o de existir, como es el caso de Salinetas, el deterioro es significativo".

Otro aspecto destacado en el estudio es que existen, "en la zona metropolitana y Telde principalmente zonas industriales que se han visto rodeadas por el desarrollo residencial, coartando su posible desarrollo y haciendo necesaria incrementar sus exigencias medioambientales por su cercanía a las viviendas. En cuanto a su infraestructura viaria básica, existen polígonos de implantación sin regulación urbanística previa que presentan graves deficiencias de estructura viaria con viales de doble vía de anchura insuficiente para maniobrabilidad de tráfico pesado sin dotaciones de carga y descarga, como es el caso de la Francia o Cruz de Gallina".

Los nueve polígonos de Telde examinados e suponen una superficie de casi dos millones de metros cuadrados de suelo industrial, pero las carencias en la mayoría de ellos de las dotaciones básicas los convierten en zonas que necesitarán muchas mejoras en el futuro.

Deficiencias tan básicas, según se expone en el estudio como el mal estado del asfaltado, de alumbrado, de aceras o la inexistencia de vigilancia, recogida de basuras en muchas de las zonas industriales. Cafeterías y bares o cobertura de teléfono móvil sí hay, aunque la conexión de ADSL no la tienen todos y solo el parque empresarial de Melenara cuenta con Punto Limpio. De este examen queda exento en Telde la zona de Las Huesas, ya que el criterio adoptado en el desarrollo del estudio descarta las instalaciones de nave de marca de vehículos en Las Huesas.

Un factor a tener en cuenta y que fue posterior a la elaboración del estudio del Cabildo de Gran Canaria es los efectos que produjo en Telde las lluvias torrenciales caídas en la semana del 19 al 25 de octubre, hace ya dos meses, y que ha supuesto la declaración de zona catastrófica por parte del Consejo de Ministros. Los daños, los más llamativos en el litoral, también fueron de gravedad en varios puntos del municipio y los polígonos industriales no fueron una excepción. Los caso de Maipez, Lomo La Francia o los situados cerca de la costa ahondaron aún más en sus carencias y dejaron un panorama desolador. Los trabajos de limpieza y de recogida de desechos han supuesto solo intentar que volvieran al estado anterior al temporal, pero no a su mejora. Para ello, como esperan Ayuntamiento y empresarios, será necesaria la llegada de las subvenciones contempladas en el Real Decreto aprobado por el Gobierno de España.

El polígono industrial de El Goro -este y oeste- está llamado a ser -de hecho avanza en los trámites- el tercer parque empresarial del municipio una vez se ha ido concretando su próxima recepción por el Consistorio tras el desbloqueo de la polémica por su acabado final achacado a los promotores. Un emporio industrial que ha perdido en los últimos año más de 70 empresas, que se han trasladado al vecino Arinaga o a otras zonas por lo que han considerado indolencia de los gobiernos teldenses ante sus demandas. En el otro extremo, el parque empresarial de Melenara, considerado aceptable por el informe insular , busca nuevos retos y el más ambicioso, como han expresado a las autoridades nacionales, regionales e insulares es instalar en esta zona servicios educativos como una guardería o ampliar su espacio deportivo. Con un objetivo, que se vea como un lugar donde no solo se va a trabajar, sino también para ocio.

Tanto por lo expresado por este análisis de 37 zonas industriales de Gran Canaria donde el municipio no sale bien parado, y por lo expresado por Cabildo y Ayuntamiento de Telde, la senda es clara: la mejora de éstas pasa por la propia organización y cuidado de sus asociaciones empresariales y no esperar a que las instituciones tomen la iniciativa. De ahí que la constitución de entes de conservación -una suerte de autogobierno de los polígonos por parte de las empresas- debe ser el primer paso para darle un cambio radical a la actual situación y, posteriormente, pedir su recepción al Ayuntamiento.

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