La Provincia - Diario de Las Palmas

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Entrevista a Jesús Emiliano Rodríguez Calleja

"Telde inició sus registros bautismales en 1503, los más antiguos de Canarias"

"En el siglo XVII ya había planificación familiar, donde nacían menos niños en las épocas de más trabajo", cuenta el Diplomado y profesor de Geografía e Historia, investigador y experto en demografía histórica

Jesús Emiliano Rodríguez, autor de la tesis sobre la población de Telde en el siglo XVII, en Vegueta. SABRINA CEBALLOS

¿En qué consiste exactamente la tesis?

Trata del análisis de la población de Telde durante el siglo XVII comparada con otros lugares que se han trabajado de la misma manera. Como en Arucas, Moya, algunos aspectos de Las Palmas de Gran Canaria, Teror, Santa Brígida, Lanzarote y Santa Cruz de La Palma. También lugares de fuera como Madrid, Zaragoza y Lisboa.

¿Qué inquietudes le llevaron a realizar el estudio en Telde?

Esta tesis es la consecuencia de un trabajo de curso que hice durante la carrera sobre la ilegitimidad en Tejeda, y me enganchó. Para hacer un trabajo así se necesita una serie completa de bautismos, matrimonios y defunciones, y que las parroquias faciliten el poder consultar estos datos. Telde cumplía estas dos condiciones. En el municipio comienzan los registros bautismales en 1503, los datos de matrimonios son fijos a partir del siglo XVII, y de defunciones un poco más tardíos. Reúne los requisitos sacramentales seguidos más antiguos de Canarias.

¿Podría explicar los resultados más importantes de la investigación en el municipio?

Se ven en tres aspectos específicos. Sobre la natalidad, a través de los bautismos, se observa cómo va aumentando, con disminuciones en años de crisis, plagas o epidemias. En cuanto a los bautizados, no todos son iguales, ya que había legítimos, hijos de los matrimonios legalmente constituidos; hijos no legítimos, de madres solteras; expósitos, que eran los niños abandonados; y niños esclavos que llegaron en el siglo XVI y mitad del XVII a Canarias para explotar los campos de caña de azúcar. Se ve también que en el XVII eran más esclavos de procreación que capturados. Había un índice de masculinidad mayor, puesto que de cada 100 niñas nacían 105 niños, y se observa que había planificación familiar y nacían menos niños en las épocas de mayor actividad laboral por la importante figura de la mujer. Encontramos un dato significativo que es igual para Telde, Zaragoza, Lisboa, Inglaterra, o cualquier lugar, y es que el 12% de los matrimonios antes del noveno mes de casados habían tenido el primer hijo.

¿Qué se determinó respecto a la mortalidad?

Se ve la mentalidad de la población, cómo se encargaban de los fallecidos, dónde se enterraban y, sobre todo, la voracidad de los beneficiados en obtener beneficios. Si eres cristiano y creyente y lees durante un año, como yo, los registros de defunción, pierdes la fe. Obligaban a la gente a pagar la misa a tres reales, que son como 300 euros, la población tenía que da trigo y vino, cobraban hasta por tocar las campanas, y sepultaban a la gente según su nivel económico. En años de crisis moría mucha gente, y una peculiaridad de Telde es que se apuntaban las defunciones de los niños, cosa que en otros municipios no. Casi el 50% de los difuntos eran niños, y las principales causas de muerte era las hambrunas, sequías y los contagios.

A pesar de la mortalidad, ¿cuáles son los datos respecto al incremento de la población?

Siempre positivos, ya que la población aumenta mucho salvo en años concretos de crisis, y este aumento se traslada al crecimiento de diferentes identidades de población. Al principio se trataba sólo de Telde y algunas cacerías aisladas, pero a medida que aumenta y absorben nuevas tierras, se crean nuevos núcleos. El crecimiento más importante es el de Valsequillo, que acabó en la formación del municipio y luego nuevos núcleos. Así, llega un momento en el que el territorio no tiene recursos suficientes para alimentarse y surge la migración hacia América. Telde tiene constancia escrita de ello, cosa que en otros lugares se sabe que salieron pero no se constata por escrito.

¿Cuántas familias de la época estudiada fueron analizadas?

En el estudio se trataron familias cerradas, y no todas las encontradas fueron válidas. Así, fueron analizadas entre el 40 y 50 por ciento, por lo que estaríamos hablando de unas 5.000 o 6.000 familias cerradas del municipio.

¿Cuáles cree que son las diferencias más significativas respecto a la actualidad?

Después de los 30.000 registros entre bautizos, matrimonios y defunciones, se puede ver que en el siglo XVII la media de hijos era de cuatro o cinco, mientras que en la actualidad difícilmente llega a uno. Además, la figura de hijo ilegítimo era marcada por la sociedad, y ahora no existe. El abandono antes era más frecuente que ahora, y la esclavitud ha desaparecido. También destacan los retrasos en la edad matrimonial, donde antes la media en las mujeres era de 19 años y en los hombres de 21. Ahora ambos contraen matrimonio de 35 años para arriba. Además, si tuviera que resaltar algo, es que Telde tenía una sociedad muy importante y destacada con personas ilustres que han pasado a la historia.

¿Qué tiempo le ha llevado la investigación y qué dificultades se ha encontrado?

Se trata de un trabajo de unos seis o siete años de manera continuada con muchas horas empleadas, en el que se recogieron, una por una, todas las partidas de bautizos, matrimonios y defunciones, lo que nos llevó tres años yendo casi todos los días. Cuando tienes la información se estructura, trabaja, haces una reconstrucción familiar y redactas. Redactar sólo me llevó más de un año. En cuanto a las dificultades, la cantidad de tiempo de dedicado, pero la mayor, las gestiones burocráticas y administrativas de la ULPGC para matrículas, plazos e información, que ha retrasado todo aún más.

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