Las empresas circenses están exentas desde el año 1998 del pago de las tasas municipales por su instalación en Telde y, además, debe facilitárseles, "con los medios al alcance de este Ayuntamiento, la instalación y promoción de este espectáculo en nuestro municipio". Así reza en una de las propuestas aprobadas por unanimidad en un pleno del 28 de mayo de 1998, llevada a la sesión por el concejal de Cultura, Ildefonso Jiménez, para que se aprobara la declaración de Telde como Ciudad Amiga del Circo.
La razón esgrimida por el entonces responsable de Cultura era, entre otras, "que el circo, por su origen y naturaleza, es un espectáculo dirigido al conjunto de los ciudadanos, especialmente a niños y niñas, siendo reconocido, a finales de los años 80 [se refiere al siglo XX], como hecho cultural digno de protección pública, por el Ministerio de Cultura". Jiménez apuntaba en su moción que "Telde viene recibiendo anualmente la visita de diferentes circos que, con la variedad de su repertorio, colorido y dinamismo han satisfecho muchas de nuestras tardes de ocio"
Este acuerdo, adoptado durante uno de los mandatos de Francisco Santiago, de seguir adelante con la propuesta aprobada en el pleno del viernes de declarar al municipio como Ciudad Libre de Circos con Animales, tendría que anularse para actualizar la nueva situación. No obstante, la moción propuesta por Unidos por Gran Canaria y que contó con 16 votos favorables -ocho del grupo de gobierno, que dio libertad de decisión a sus concejales- solo tiene valor declarativo, pero por lo visto en la sesión plenaria no parece que vaya a quedarse solo en buenas intenciones.
De ser así, deberá llevarse a otra sesión ordinaria la revocación de ese acuerdo plenario y sería, a tenor de las posiciones de tres de los cuatro integrantes del pacto, una piedra de toque de la fortaleza de éste, ya que al incluirse en el área decisoria, donde se cuece la ejecución de los planes del gobierno, podrían propiciar un espectáculo de malabarismo dignos del circo.
De hecho, Juan Francisco Artiles, vicealcalde y líder de Más por Telde, nada conforme con que se demonizara esta actividad y que en el pleno se decidiera si los ciudadanos tienen derecho o no a disfrutar del espectáculo, llegó a plantear hasta una consulta popular, opinión que otros ediles, en tono más discreto, no descartaron. No obstante, el debate lo cortó la propia alcaldesa, al señalar que "estamos en una democracia representativa y esas cosas no se pueden hacer".
Artiles, que calificó la propuesta de Unidos de oportunista, afirmó también que "si es para proteger a los animales deberíamos entonces hasta cambiar la ley".
Alejandro Ramos también mostró ostensiblemente su desacuerdo y al igual que Artiles y también Juan Francisco Martel, se abstuvieron en este punto. Esgrimieron, además, que en el caso del circo que está instalado en la zona de La Barranquera cumple, como reconoció la portavoz de Nueva Canarias -con voto a favor de vetar a los circos con animales- con todos los requisitos. De hecho, pese a estar exenta del pago de las tasas municipales, la empresa Kaos abonó la tasa por ocupación de suelo público, según fuentes consultadas.
