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Moda Cálida impulsa una empresa textil de mujeres en riesgo de exclusión social

Tabita de Cáritas emplea a cinco trabajadoras en labores de corte y confección en Las Remudas - Llevan siete meses en el mercado y trabajan para 20 empresas

María Taisma tiene 24 años y un hijo, trabaja en Tabita Textil, un golpe de suerte que le cambió la vida.

Tabita Textil es una empresa establecida en Las Remudas y creada por Cáritas, con fines solidarios, que se ha encargado de cortar con el pasado de cinco mujeres en riesgo de exclusión social de la Isla, y confeccionar, con mimo y calidad, sus futuros. Las féminas, entre 23 y 40 años, trabajan de lunes a viernes en el negocio donde crean, arreglan y modifican artículos de vestir o decoración para mobiliario de hoteles, mercancía de compañías como Ikea, ropas para espectáculos o eventos de moda. Alrededor de veinte empresas, a lo largo de año, acuden a estas ya profesionales, que incluso tienen su propia marca de colección, para desempeñar su labor destinada a sus comercios.

Esther Hernández es la encargada de la producción o "capataz", como no le gusta, y le hace gracia, que le llamen. Tras su experiencia como docente, se ha aventurado para guiar a estas cinco mujeres que acuden cada jornada, con ilusión, a su cita con las tijeras, el metro y la máquina de coser. "Cuatro de las chicas están de ocho de la mañana a doce de la tarde, y otra a jornada completa, porque trabaja también con Ikea a través de un convenio", explicó.

La profesional cuenta que su labor consiste en supervisar el trabajo que se lleva a cabo. "Estoy más tiempo porque tengo que ir por delante. Yo hago los patrones, corto y organizo lo que hay", añadió. Cada trabajadora recoge de su cubeta lo que tiene que confeccionar en el día, ya que, como cuenta la coordinadora de Tabita, "no hay producciones grandes para centrarnos todas en lo mismo".

La compañía textil abrió sus puertas en julio del año pasado. Desde entonces, los carretes de hilo y las agujas no han dejado de crear a través de las manos de las jóvenes. "Calidad, ganas, actitud y aptitud" es lo que las diferencia, según Hernández, de los que se quedaron fuera del proyecto tras el año de estudio del curso de corte y confección que se les impartió, y los seis meses de especialización.

Costura

María Taisma tiene 24 años, un hijo de "casi ocho" y es una de las currantes que consiguió su plaza en el taller de costura. A través de una voluntaria de Cáritas, la joven se enteró de la existencia de esta iniciativa. "Siempre me ha gustado coser, me lo comentaron, me apunté, probé y me gustó", explica. Asegura que se trata de un impulso que la ha ayudado "en todo" justo cuando más lo necesitaba en su vida.

"Vivimos en mi casa nueve personas, y ninguno teníamos trabajo. Justo cuando me salió esto, mi padre y uno de mis hermanos también empezaron a trabajar. La vida nos sonrió de golpe", añadió. Cuenta que se trata de su primer trabajo, que le "encanta" y que se siente "muy cómoda". Tal y como apoyan sus compañeras, que, entre risas, confirman que "hay un buen clima".

Mientras, Patricia Parra plancha alguna de las telas de elaboración. La fémina, de 23 años y nacida en Venezuela, "aunque ella es ya Canaria", asegura Hernández, se diferencia de sus colegas de profesión en que cuando el resto acaba su jornada, ella se va a Ikea a seguir con sus funciones. "Trabajo allí con otras chicas tratando los artículos de decoración", afirmó con orgullo.

El grupo de mujeres, además de trabajar para compañías externas, tienen su propia colección. La marca "de agendas con forros de tela, libretas, estuches, bolsos o baberos", entre otros, se llama 'TBT Economía solidaria'. Las creaciones son distribuidas en 16 puntos de Gran Canaria "entre boutiques, librerías, hoteles y demás", explicaron. Los beneficios de las ventas de los artículos "de calidad y a buen precio", son destinados al salario "digno" de sus trabajadoras. Se trata de una doble labor solidaria, en la que se pone a disposición de los clientes productos buenos y asequibles, y se contribuye con esta labor social.

La empresa textil, que no atiende demandas de particulares, es considerada por la gerente de la Fundación Cáritas, Cira Santana, como "un taller que responde a las necesidades de personas que viven aquí, mejoran su situación familiar, y hace trabajos de excelente calidad, dicho por expertos". Tan buenas son las creaciones, que se están estudiando posibles líneas de trabajo conjuntas con diseñadores de la pasarela anual de Moda Cálida.

El plan, que puede ser una gran oportunidad para el equipo que forma Tabita, es apoyado por el Cabildo grancanario. La consejera de Industria, Minerva Alonso, asegura que es una buena oportunidad para "conocernos y trabajar unidos, ver cómo podemos crecer conjuntamente para la industria textil en Gran Canaria". Así, el taller solidario podría estar presente en proyectos de moda, como este, de gran repercusión a nivel mundial.

Iniciativas como la que ha tenido Cáritas con este negocio benéfico, suponen un impulso "increíble" para combatir el alto nivel de desempleo femenino que existe actualmente en el Archipiélago y en Telde en particular. "Más del 30% de la población del municipio se encuentra en situación de desempleo y la mayoría son mujeres", explicó Natalia Santana, concejala de Servicios Sociales, mientras recordó que, actualmente, 8.920 familias hacen uso de esos servicios. "Son datos desbastadores, y más empresas deberían asumir su responsabilidad social corporativa y crear proyectos como este", añadió la edil de Telde.

Conseguir que haya más de cinco personas en la empresa y que la jornada de trabajo sea mayor, son cuentas pendientes que tiene Tabita Textil. Una oportunidad en forma de alfiler que ha pinchado muchos obstáculos de las cinco protagonistas que hacen que esto sea posible.

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