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Telde rescata el juego del garrote

La escuela del juego autóctono Maestro Paquito Santana cumple 36 años de enseñanza de cara al público - Es la única que existe con las técnicas originales de esta disciplina

Telde rescata el juego del garrote

"Esto lo voy a enseñar porque es de nuestros antepasados, de los canarios, y hay que mostrarlo". La frase, que los discípulos del maestro Paquito Santana en el juego del garrote recuerdan con cariño, refleja la filosofía del experto ante esta disciplina y su pasión por mantener viva una tradición de más de 600 años. En la actualidad, según su actual maestro, Secundino Velázquez, sólo la Escuela de Juego del Garrote Maestro Paquito Santana enseña esta modalidad con las técnicas originales, "tal cual eran antes, sin cambios". Gracias a sus 36 años de divulgación, "sobrevive y resiste milagrosamente", añade con orgullo.

A pesar de que se mantiene, el grupo formado por unas 20 personas "entre hombres, mujeres y un niño de 10 años" no es muy optimista sobre su permanencia. "Estamos a tiempo de mantenerlo, pero si sigue así será sólo un recuerdo", se lamenta Velázquez. Critica que el juego no es valorado como merece, tanto por parte del pueblo, por su desconocimiento, como por las autoridades. "El Gobierno no nos apoya como podría", explica, mientras recuerda que es la primera vez que tienen un local sin compartir, en el barrio Lomo Cementerio. "Gracias al nuevo mandato va mejor, pero se podría hacer más", afirma.

El nuevo instructor, que aprendió de la descendencia de Santana, habla del juego como el método de defensa de los antepasados canarios, una costumbre de la cultura de las Islas que "desde pueblos de fuera admiran y respetan por lo bien desarrollada, perfecta e igual que ha permanecido con el tiempo".

Velázquez no gana dinero con su docencia de dos días a la semana. Asegura que lo hace por pasión y por "sacar la tradición". Una disciplina basada en el respeto donde "no se acepta a cualquiera". Tanto él como Ana Rosa Santana, hija del principal maestro y vicepresidenta de la Escuela, coinciden en que "hay que tener actitud y cabeza. Es un método de defensa, no de ataque". Su equipo no compite y sólo quiere mantener vivo el referente canario.

Entre ellos se divierten y disfrutan a la vez que aprenden y divulgan esta práctica autóctona que, además, beneficia a la salud, la coordinación y la condición física. Un juego que no entiende de edades ni discapacidades, "mientras pueda levantar los brazos, puede hacerlo", apoya Santana, mientras comenta que han tenido alumnos con deficiencia visual y motora, entre otras.

Estos defensores del garrote canario luchan por promocionar la tradición que nació con los guanches, por que se imparta en colegios y cada vez más niños se apunten para evitar su pérdida. Un pedazo de la cultura canaria que tanto aman y preservan, como lo hacía Paquito Santana. Disciplina popular que antes era imagen del escudo de Telde, el que esperan que sea el último lugar del que desaparezca.

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