"Él es un Carnaval", aseguró la madre de Kevin Moreno, Eduvigis Medina, mientras miraba como hacía de las suyas con desparpajo. El joven de Telde tiene 27 años y ganas de comerse el mundo. Por las mañanas se despierta pronto para ir a las clases de jardinería, carpintería o mantenimiento del hogar en la escuela taller a la que acude en el municipio. Por las tardes, deja de lado la pala y el rastrillo para colocarse sus guantes rojos, su canilleras y convertirse en el rey del ring. Jiu jitsu brasileño, grappling, artes marciales mixtas, valetudo o boxeo son las disciplinas que Moreno practica dependiendo del día, actividades que desempeña en el gimnasio Taz de Jinámar y que lo han llevado a exhibiciones y combates en los que su luz ha cegado a los asistentes. Una actitud brillante y con su alma puesta en cada técnica. Kevin tiene Síndrome de Down, algo que ni se palpa cuando se le ve subido en ese ring de la superación libre de cualquier tipo de prejuicio.
A su hermano se le cae la baba con él. Estiven Moreno se pasa el día molestándolo, pero, el vínculo tan fuerte que los une, demuestra que cada broma va acompañada de un 'te quiero' o un 'te admiro'. Una admiración más que justificada, porque, según cuenta el hijo mayor de la familia, Kevin es el único de las Islas, con el síndrome, que practica artes marciales mixtas. Su madre explica, además, que le sorprende lo que le gusta y el tiempo que ha durado en estas modalidades que lo llenan de un orgullo inmenso.
Eso, y de un brillo en los ojos que se le pone cada vez que enseña el vídeo de uno de sus combates. Una experiencia en la que puso a todo un público en pie para aplaudir su trabajo. En la que venció a su contrincante y dedicó a su padre fallecido la victoria. "Me gusta mucho, porque me siento como si estuviera en Pressing Catch", explicó el protagonista que asegura que empezó a practicar estos deportes por su pasión por el programa de televisión.
Moreno ha participado ya en tres combates. Con satisfacción, enseña la copa que ganó, como primer clasificado, en el Evento Benéfico Vizcaíno. Pero su madre afirma que, si hubiera que darle otro premio, sería al más ordenado de la casa.
"Si se quita la ropa la pone a lavar o la guarda, ordenaba lo del hermano cuando vivía aquí y me ayuda en todo", explica. Además de estar encaminado a ser un experto en los jardines, "riego, recojo las hojas y las macetas con mis compañeros y monitores", cuenta, es un apasionado del baile y la música. "El Pincho, el amigo de Estiven, me enseñó a tocar la guitarra eléctrica", afirma mientras practica. Los amigos de su hermano lo tratan como uno más y lo consideran "un crack". Con ellos se va a hacer escalada y rappel, "aunque la escalada prefiere verla desde abajo", aseguran.
Kevin Moreno es un joven de metas. Se propuso adelgazar, y perdió 20 kilos. Le gustó el juego del garrote, y lo aprendió. Quiso subir a un ring, y se bajó siendo el mejor. Su madre lo define como un chicho "abierto, trabajador, con carácter y siempre con el 'te quiero' en la boca". Perteneciente a una familia en la que se cuidan los unos a los otros, y en las que la pasión por "las peleas" ya venía de antes, "cuando luchaba, de pequeño, con papá en la cama", recordó el rey del ring.
