Febrero ha sido mucho más benigno que octubre para Telde. Las precipitaciones caídas ayer en el municipio no han causado los destrozos ni la alarma que vivieron los vecinos hace cuatro meses porque la fuerza de las aguas que corrieron por los barrancos fueron más encaminadas a reverdecer sus cauces que a arrastrar desechos. Así las cosas, en playas como Melenara se vio la tradicional lengua de arena por el caudal llegado desde el barranquillo que desemboca en esta parte de la costa teldense, pero nada que ver con el abismo ocasionado en octubre. Eso sí, el frío tampoco quiso perderse la fiesta y puso a prueba a los teldenses.

Había tranquilidad en la ciudad, las precipitaciones, que comenzaron a hora temprana y continuaron de forma persistente durante gran parte de la jornada, volvieron a mojar las calles, hicieron correr el agua por varios barrancos y obligaron a que los transeúntes y conductores fueran más cautos en su recorrido por las aceras y vías. Tan tranquilo se estaba en Telde, que los componentes de Protección Civil y los cuerpos de seguridad estaban alerta, pero noalarmados. Según comentaba Juan Martel, concejal de Policía y Seguridad, "todo está tranquilo, sin apenas incidencias destacables".

Paraguas, chubasqueros, anoraks e incluso botas de agua, ésas que no se veían desde hace años en las zapaterías por su nula demanda, abrigaron y protegieron de la lluvia a los teldenses, pero no solo fue el agua el enemigo a batir. No hay que olvidarse del frío, en formato pelete que se presentó ayer en el municipio con temperaturas de 11 grados en pleno centro de la ciudad, para no decir la que estaba cayendo en las zonas altas de Telde. Una segunda jornada invernal que se echaba de menos después de un estío que estaba hastiando a quienes piensan que el calor es para el verano y que ya es hora de tomarse unos vinos, carne de machorra o pata, aunque la oferta gastronómica es más amplia y que querían usar por fin los guantes y chaquetones o paraguas.

El agua y el frío dominaron una jornada húmeda, pero el color verde será esta vez el dominante en el municipio y no el marrón que coloreó el municipio en los aciagos y recordados días de octubre.