¿Cuándo decidió dejar su país natal para venir a España?
Vine para empezar a trabajar en un colegio bilingüe en Barcelona. Tenía muchas ganas de pisar este país para vivir después de un año sabático acabada la universidad. Tras mis estudios de Filología Románica, era hora de venir a disfrutar de su cultura, pero lo que no esperaba era venir con un cáncer en el cuello del útero de pronóstico bastante desagradable. Aún así, pensé que ni un cáncer iba a hacer que mi sueño se fuera por tierra. Miré al cielo e hice la promesa de que si me curaba, dedicaría mi vida a dar esperanza a personas que estuvieran en mi situación. Alguien tomó nota allá arriba y se presentaron delante de mí las circunstancias necesarias para hacer los cambios pertinentes para alcanzar un estado de salud óptimo para realizar mi trayectoria.
Uno de sus libros trata sobre esta enfermedad, ¿que trasmite a través de sus textos?
Este libro salió del alma, es una llamada a la esperanza, a dar conocimiento y sabiduría sobre la enfermedad. El propósito es desmitificar el cáncer y el miedo que se le tiene que es lo que conduce a un empeoramiento hasta la muerte, y lo baso sobre mi experiencia. Explico que hay muchos aspectos que no se pueden cubrir con protocolo médico tradicional. Actualmente, de cada tres personas una tiene la enfermedad y, según una médica con la que he hablado, nos estamos acercando a una de dos personas que morirá de cáncer. Es el momento para que salga el libro y la gente tome conciencia de sus pensamientos, miedos y hábitos, aspectos que no se tienen en cuenta y que son importantes, porque si la gente encuentra esa paz y armonía en su interior, puede ser la clave o parte de la clave de su curación. El actor Jorge Lucas, que ha leído el libro, me dijo que debería ser de obligatoria lectura en los colegios como pase fundamental para que la gente sepa el poder que tienen dentro tanto para curarse como para enfermarse.
¿Cree que la curación puede depender tanto de la medicina como de la actitud del paciente?
No creo en porcentajes, es la persona y su capacidad de tomar conciencia y responsabilidad sobre la salud. La autoobservación de lo que va bien o mal, porque lo que va bien para uno puede ir mal para otro, no hay un solo protocolo. Si una persona tiene paz y aceptación de la enfermedad, ya la tiene la mitad de la sanación, pero si se lo da todo a su médico y eso le da paz, también. Por el contrario, si crea un conflicto por meterse en quimioterapia, una operación y demás, eso te resta la paz y ese no será el camino hacia la curación. Es difícil seguir un camino cuando tienes a la familia en contra, porque no puedes decirle a una persona con cáncer que algo le va bien, si esa persona no lo siente. El libro es información que conduce al lector hacia el autoconocimiento, lo que siente, quiere, piensa o necesita para tener su propia paz.
¿Sólo trata el tema del cáncer?
No, tengo otros libros. Uno de los más populares es Alimentación Consciente y, después de ese, saqué otro simplificando todavía más para las personas que no quieren pensar tanto con un menú o recetas hechas. Programas de alimentación para una semana y cómo adaptarse a las diferentes situaciones, porque la base de todo es la alimentación. También está El Reset Colectivo, una base espiritual del conocimiento, el poder la palabra, cancelar y rectificar. Somos ordenadores biológicos y programadores de nuestras vida, pero la gente no es consciente de que el mismo poder para crear en positivo lo tenemos para crear en negativo. Se puede aprender a tomar conciencia de nuestros pensamientos y observar como cambia nuestro entorno. El tema sobre el amor, el karma, el rectificar, vivir una vida con alegría o la suerte. También, Atrévete a ser tu Maestro, donde explico como ha sido mi vida con la magia con la que me han ocurrido las cosas, o Conexión con el alma, más autobiográfico. Mucha gente me cuenta que ha reído y llorado con mis libros, que se han sentido identificados. Son lecturas amenas, llanas y cercanas.
¿Cree que una persona puede cambiar si se lo propone u otros pueden influir en que no sea así?
Cada uno es responsable y elige sufrir o ser feliz, ser feliz o tener la razón, luchando con su ego según lo que quiera conseguir en la vida. Levántate por la mañana aceptando que todo lo que va a pasar en el día va a ser lo mejor para tu más alta evolución, para ser la mejor versión de ti mismo. Conoce las leyes universales, porque si haces daño te harán daño, si haces mal te lo harán, si eres egoísta lo serán contigo. Las circunstancias no tienen importancia, solo la que tu le prestas.
Cuerpo y alma, ¿conectados?
Está todo interconectado, el alma tiene toda la sabiduría y la información de todas nuestras vidas. Para ser este ser humano que está aquí y ahora, hemos tenido que vivir 800 millones de vidas y experiencias para ser como somos en cada insistencia. Esta información está en la sede del alma, una acumulación de vivencias que se quedan ahí cuando te vas. A través de prácticas, meditación, reflexión y sueños, puedes acceder para sacar información de por qué ese karma y ajustar cuentas kármicas conscientemente.
¿En qué consisten los cursos Zen que imparte?
Es una técnica basada en el control del sistema nervioso. Aprendes a meditar, respiraciones con conciencia, enfocar seis puntos diferentes relacionados con los órganos y los sistemas del cuerpo, cómo eliminar los bloqueos, reajustar el sistema nervioso, eliminar dolores o molestias por la autopráctica o incluso por otras personas. No curamos a nadie, sólo somos canales a través de los cuales llega energía para dar equilibrio, desbloqueo y reajuste. Es algo muy sencillo, ameno, gratis y, en la mayoría de los casos, solidario con aportaciones de alimentos para entidades locales donde estemos haciendo los cursos. Asisten 2000 o 3000 personas desde todas las partes del mundo.
¿Dónde cree que la radica el éxito de sus encuentros?
Según me dicen, me diferencia mi forma de comunicar. Lleno el curso con alegría, risa, doy amor con humor e intento, desde la humildad, transmitir algo que es maravilloso, comprensible para todos los públicos. Pasan las horas volando, donde la gente sale muy feliz, felicidad que se convierte en la mía. Creo que la sencillez es la clave.
¿Daría algún consejo, según su experiencia, a los lectores?
Que se den tiempo para escuchar su corazón, paz a su mente y disfruten del regalo de estar vivo. Cuando ves a gente luchando por su vida, te das cuenta de que tienes tanto y no lo valoras. Si dudas de la gran suerte que tienes, visita una planta de oncología y verás a personas enfermas que darían lo que fuera por tener tus problemas, estar en casa, poder tener la libertad de disfrutar de una comida familiar en una mesa. Esas personas enganchadas a máquinas me quitan muchas tonterías de la cabeza y me hacen valorar y disfrutar de lo que tengo. Hay que pedir que abran sus ojos, sus manos y su corazón y cada día que se levanten y se acuesten, den las gracias y se sientan ricos de amor, porque esa es la única riqueza que nos vamos a llevar el día que nos marchemos de este planeta.
