Vegueta, Jinámar, Casa Condal, Tara, otros espacios en la capital y varios en Telde. Como dando tumbos, el grupo folclórico Araguaney ha estado estos 24 años, desde que nació, de un local a otro. Sin posibilidades para asumir uno por cuenta propia, la banda lleva 22 años solicitando al Ayuntamiento que les ceda un espacio donde poder ensayar. Tras la insistencia y su cita de cada año para presentar los papeles oportunos, este mes y año se han convertido en inolvidables para los músicos, una fecha que siempre tendrán presente como aquella en la que se les entregó la llave de su primer local.
En el papel que hace legal la cesión del inmueble, figura el día 7 de marzo de 2016 como el oficial de su entrega. Salvador Santana, presidente de Araguaney, se emociona al recordar esa fecha que guarda más de un acontecimiento. "Es una coincidencia muy bonita, porque ese mismo día pero del año 2000 entramos a trabajar José y yo en el Ayuntamiento", explica contento mientras su compañero y director musical, José Suárez, asiente. "Además nos tocó el local número 15, que es el de la niña bonita", añade.
Entre risas, los integrantes de la parranda se muestran ilusionados entre las paredes blancas recién pintadas de ese espacio en la parte trasera del parque urbano de San Juan. Todas blancas menos una, la del centro del lugar de ensayos, que reluce con tonos amarillos y negros que dibujan una guitarra con la silueta de Gran Canaria y el nombre que los caracteriza. Cuenta Santana que la obra de arte que refleja el logo fue lo primero que hicieron cuando comenzaron los arreglos una vez tuvieron la llave en sus manos. "Nada más empezar, lo primero que pintamos fue este pedazo de pared de blanco y nos pusimos con el dibujo, luego ya hicimos el resto", explica mientras Suárez refuerza que "así ya nadie nos quita esto".
Fue el día del padre cuando algunos de los miembros de la banda se reunieron en su nuevo 'hogar' para ponerse manos a la obra y acondicionarlo. Una jornada de padres e hijos donde la ilusión estuvo presente en cada brochazo que dieron. "Fue un día del padre diferente, varios compañeros nos trajimos a nuestros niños y entre todos trabajamos", comenta el presidente. Orgullosa, su hija Yanely Santana lo mira y asiente cuando cuenta que la pintada en la pared la hizo ella junto a otro compañero y la colaboración de Leyva Santana, que también aportó su granito de arena.
Así, entre empastes, pintura, limpieza y ganas desde el alma, los músicos adecuaron el espacio a su gusto. Una colaboración de muchos para crear un espacio para todos. "Uno trajo una pala, otro un cubo y hasta un jabón íntimo trajo otro", cuentan entre risas. Y, con la sonrisa en la cara, narran como fue ese primer ensayo. "Estábamos muy emocionados, cada vez que terminábamos una canción nosotros mismos nos aplaudíamos" reafirman orgullosos Santana y Suárez.
Son conscientes de la dificultad para encontrar un local por el número de personas que forman Araguaney y por la necesidad de un lugar adaptado a personas con movilidad reducida, pero ya lo tienen. Así como cuentan con compañeros nuevos de varios puntos de la Isla y con una ilusión en pleno auge.
Agradecen a los que les han dejado ensayar todo este tiempo en sus inmuebles y la unión de todo el grupo para, poco a poco, crear un espacio hecho a ellos. Ahora, cuentan que toca nuevos proyectos con la Banda Municipal de Telde, las fiestas de San Juan y su 25 aniversario. Además, quieren invitar a toda la Isla a asistir a un ensayo, teniendo las puertas abiertas de la primera 'casa' de esta familia musical. Un 'hogar' en el que comenzarán a colgar todos los cuadros y presentes que han recibido en los 24 años que llevan haciendo magia con su música.
