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Entrevista a Faraldo Jarillo

"El régimen de Putin no parece que vaya a sufrir un cambio drástico"

"Es decepcionante la transformación tan terrible para la población que Rusia ha llevado a cabo", asegura el profesor de la Universidad Complutense de Madrid

Faraldo Jarillo, ayer, durante la ponencia en la Casa Museo. JOSÉ CARLOS GUERRA

¿Con qué tema abre la novena edición de este curso sobre relaciones internacionales?

Cuento cómo se transformó la Unión Soviética y cómo de ahí salió el Estado de la Federación Rusa, y cómo ha cambiado en los últimos años ese país tan poderoso e importante para nuestras relaciones internacionales actuales. Empiezo tratando lo que fue el final de la Unión Soviética y la época de Gorbachov, los problemas que había en ella, la economía de entonces e inconvenientes en este sector de la misma Unión Soviética, los problemas de las nacionalidades y nacionalismos. Explico cómo eran los intentos de reforma de Gorbachov, que no funcionan, cómo al final entra una tensión entre la Federación Rusa y el gobierno central y muchas otras repúblicas, y cómo en 1991 se disuelve la Unión Soviética y resurge Rusia.

¿Hay algún punto de la charla que le parece destacable?

Una de las cosas que me parecen más importantes es la decepción de que la transformación de Rusia se haya llevado a cabo de una forma tan terrible para su población, porque los años 90 fueron tremendos, la gente lo pasó muy mal, y que al final el sistema que tengamos ahora sea un sistema bastante corrupto y que pese a los avances económicos habidos en la época de Putin no se ha conseguido un sistema parangonable a lo que tenemos en el resto de Occidente.

Habla de Rusia como un país de sistema corrupto y que no ha alcanzado igualdad con Occidente, ¿considera que existe solución para cambiarlo y que esta debería ser drástica?

Por supuesto, lo que sucede es que un cambio drástico no parece que pueda darse en este momento. Las series que gobiernan en Rusia, empezando por Putin, digamos que tienen la sartén por el mango y es muy difícil que pueda cambiar radicalmente. Pero no podemos negar que la época de Putin tuvo también sus aspectos positivos. El desarrollo económico no estuvo mal, hubo una primera parte que intentó ciertas liberalizaciones y que al menos puso orden a la época más terrible de los 90, pero no parece que un sistema más libre donde la gente no esté sometida a la arbitrariedad del poder vaya a llegar así de pronto.

Si la desintegración de la Unión Soviética y, como consecuencia, el nacimiento de la actual Rusia no se hubieran producido, ¿cómo cree que serían hoy las relaciones internacionales?

Resulta difícil extrapolar e imaginar qué podría haber pasado, pero es evidente que serían bastante distintas. Se me ocurre que la única forma que tenía la Unión Soviética de seguir existiendo como Estado, tal y como se pusieron las cosas en ese momento, era como una dictadura tipo de la China. Es decir, con una liberalización económica pero como una vuelta a esos tiempos más duros de la dictadura como sucedió en China. Posiblemente tendríamos un factor más de presión en las relaciones internacionales ahora si hubiera ocurrido eso. No sucedió y, pese a todos los problemas y demás, podemos alegrarnos por ello.

En cuanto a la celebración, un año más, de estas jornadas, ¿qué opina sobre que se lleve a cabo la iniciativa con este tipo de eventos culturales?

Estoy muy contento de que me hayan invitado, en primer lugar porque es la primera vez que estoy en Gran Canaria y estoy fascinado con la ciudad y con la Isla, y creo que es interesante este curso que no es la primera vez que se lleva a cabo. Es una iniciativa estupenda discutir con otros colegas de la Universidad y con el público, a través de un diálogo fructífero, temas tan importantes como son las relaciones internacionales.

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