¿Sobre qué temas profundiza en su charla?
Sobre la situación actual de los países del Este que se integraron en la UE a partir de 2003 hasta Croacia. Cómo Europa del Este, después de largos años de negociaciones, se incorporó frente a otras ampliaciones y de forma muy peculiar, porque eran países con sistemas económicos, políticos, institucionales y sociales muy diferentes a los capitalistas. Por ello, tuvieron más problemas para cambiar esas estructuras y lo hicieron a lo largo de sus transiciones del comunismo a la democracia. A partir de esas transiciones comenzaron las negociaciones para la integración.
¿Cuál es la situación de estos países y ante qué retos se encuentran en la actualidad?
Han habido transformaciones de carácter político, institucional y económico en varios países, que han tenido que acomodar su constitución y su sistema de leyes a la legislación comunitaria, y en países muy centralizados hasta la época comunista, se ha llevado un proceso de descentralización. Se han formado constituciones nuevas abiertas al pluripartidismo, a la división de poderes y capaces de asumir el acervo comunitario. También han sido muy importantes los cambios en el ámbito del poder judicial y la lucha contra la corrupción.
¿Han conseguido llegar a la media comunitaria?
Por lo general, no. Algunos están al 67 o 70 por ciento, otros en el 40 o el 50, pero hay que pensar que se partía de una base atrasada y pobre, por lo tanto tiene que pasar mucho tiempo para que se transforme.
Es un proceso lento.
Claro, más con la crisis a partir del año 2007, porque hasta 2008 o 2009 el proceso de acercamiento estaba mejorando, pero la crisis que golpeó a toda Europa fue peor para estos países por sus economías más débiles, lo que ha hecho que el proceso se ralentice. Como consecuencia surge uno de los retos actuales, el europesimismo. Son países en los que una parte de la población en las últimas encuestas de opinión son más críticos con el proceso europeo, y en las últimas elecciones al parlamento de Europa tuvieron muy poca participación. Además, existe en ellos un crecimiento importante de la extrema derecha antieuropeísta.
¿Donde cree que reside la clave para alcanzar ese cien por ciento y mejorar lo que queda?
Continuar. Después de las transiciones y la democratización, estos países han iniciado medidas reformistas para mejorar las estructuras del transporte, abrir más las economías, etc. Se trata de profundizar en estas reformas, pero hay que tener presente que hay factores que pueden poner en peligro el proceso, y, con sistemas más débiles, cualquier factor puede tener una dimensión mayor. También está la posibilidad de nuevas ampliaciones con nuevos países del Este en la UE como es el caso, después de Croacia, de Macedonia o Montenegro, que están en conversaciones y negociaciones y son candidatos para entrar. Se trata de países pequeños que tienen también los principales problemas que los otros, como déficit económico y corrupción institucional.
¿Qué ocurre con repúblicas que provienen de la URSS?
La UE tiene una política de vecindad con estas otras repúblicas de las cuales muchas provenían de la URSS, países que además de tener alma europeo tienen vinculación económica, comercial y política con Rusia. Lo más probable es que se llegue a un acuerdo y se profundicen las relaciones, pero no que sean candidatos. Podría darse, pero de aquí a un corto plazo es muy difícil, porque es complicado.
¿Es optimista con que de aquí a unos 30 años todos los países entren a formar parte de la UE?
Es probable que a medio plazo sí, sobre todo los antiguos balcánicos. No tienen o generan graves problemas, son poco poblados y no poseen una estructura económica incompatible. Sus problemas son internos y provienen del sufrimiento durante la guerra de los Balcanes.
Con la integración de los países dentro de la UE, ¿qué mejoras se han alcanzado de forma individual en cada uno de ellos?
Muchos países tenían conflictos cuando se rompe el sistema soviético, y muchos descongelan problemas fronterizos, de integración, económicos o internos. La UE, con su política de pacificación y de búsqueda de la unión, ha fortalecido lazos internos y contribuido a pacificar la zona. Da más estabilidad a sus instituciones y mejora la economía.
¿De manera general en la UE?
La UE ampliada con los 28 hacia el exterior tiene un peso político y económico mayor. Todavía tiene muchos problemas, sobre todo para dar solidez a su política interior o exterior de seguridad común, pero en todo caso es una integración regional con la que se cuenta en las relaciones internacionales.
¿Que le ha llevado a investigar sobre este tema?
Estoy inscrito en varios estudios europeos, llevo muchos años viajando por esa zona y trabajando en la historia más reciente de estos países y las relaciones entre ellos. He publicado libros y artículos sobre el final de la época comunista allí y los procesos de transición y europeización.
¿En qué países ha estado?
Prácticamente en todos los del Este, porque tengo muchas relaciones con distintas universidades de allí. La semana que viene haremos intercambios con algunas de ellas y vienen distintos profesores a Valladolid. No hay sólo un interés por este mundo, sino que, desde el disfrute de estudios europeos en la Universidad de Valladolid, hemos logrado establecer una red de trabajo con estos países.
¿Qué publicaciones recomendaría a lectores interesados en esta temática?
Hace poco publiqué el libro '1989, el año que cambió el mundo', que trata los acontecimientos en torno al final de la Guerra Fría y los inicios de la transición y de la europeización de estos países. Otro en el que se puede ver muy bien, es uno de Carlos Flores que se titula 'La caída del muro 20 años después', donde se habla, entre otras cuestiones, de cómo es la situación de estos países del Este, las situaciones en relación a Europa o su economía.
