Es la cuarta vez que la plaza de San Gregorio se convierte en el templo sagrado del buen vino y las tapas. Durante la noche de ayer, el barrio teldense disfrutó de la 'Noche de los Vinos'. Una velada donde vecinos y foráneos se acercaron a probar esta bebida de las diez bodegas participantes, los mejores refrigerios de los locales de restauración abiertos, los descuentos de varios negocios de la zona y la música del DJ que amenizó el acontecimiento hasta la una de la madrugada.
Tras el éxito de esta celebración en su pasada edición, que colocó a Telde como el municipio que más vino vende de toda la Isla dentro de este tipo de ferias, fue mayor el número de empresarios que quisieron participar. Así, se creó, de nuevo, un ambiente ameno y divertido donde por un euro el público pudo adquirir una copa de vino de los mejores de la Denominación de Origen de Gran Canaria y, por uno o dos euros, una tapa.
El movimiento constante se notó durante toda la jornada, que comenzó a las 20.00 horas, aunque la multitud creció instantes después. Los vasos teñidos de tinto o blanco bailaban por las calles de la Zona Comercial Abierta de San Gregorio, así como los platos eran devorados con ganas y gusto. La música, sin duda, puso ese broche de oro que convirtió, una vez más, a la ciudad en un lugar de afluencia y tránsito de calidad.
Hasta las 22.00 horas, los amantes de las compras pudieron adquirir artículos con descuentos de los diferentes negocios del área con sus puertas abiertas de par en par. Oportunidad para los empresarios pensada para impulsar la economía del municipio mientras sus visitantes se hacían con buenas ofertas y pasaban un viernes diferente diciendo 'hola' al fin de semana.
Así, con una sonrisa pintada en la cara, el buen sabor del vino grancanario y alguna que otra bolsa colgada del brazo, los transeúntes se acercaron al photocall instalado cerca de la plaza para todos aquellos que quisieron inmortalizar el momento. Grupos de amigos, familias o independientes sonrieron a la cámara mientras alguno que otro se marcó un baile animado.
Con alegría y ganas de esta noche, los empresarios de las bodegas participantes recibieron amablemente a los clientes. En el ambiente se palpaban esas ganas de ser los mejores, el ansia por conseguir batir los récords de la pasada edición. Conscientes de que en esta ocasión eran más, pero con el mismo interés de que se acabara el género disponible, tal y como ocurrió la última vez. Sin duda, una noche de buen vino, buen tiempo y buena compañía.
