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Goya vuelve al municipio

Dieciséis grabados del pintor aragonés se exponen hasta el 26 de mayo en la casa museo de León y Castillo - La muestra estuvo hace 25 años

Antonio González Padrón explica a un grupo de visitantes algunos de los grabados de Goya. ANDRÉS CRUZ

Hace 25 años, recuerda el cronista oficial , Antonio González, "se organizó la misma exposición que tendremos hasta el 26 de mayo en la casa museo de León y Castillo". Es el Cabildo de Gran Canaria, propietario de estos grabados, el que vuelve a brindar a Telde la oportunidad de conocer algunas de las creaciones más indescifrables de este maestro universal de la pintura.

La muestra, que trae una de las ediciones de mayor calidad de Los Disparates, realizada en 1857, supone un sorprendente e inquietante recorrido por unas obras donde el carnaval, los rostros sombríos o escenas impactantes no dejará a nadie indiferente. Se trata de la obra de un Francisco de Goya y Lucientes ya mayor, sordo y con una fuerte medicación que le volvía neurótico, a la que se le atribuye el origen de estas pesadillas en aguafuerte, plasmadas con punta seca y bruñidor, pintadas entre 1815 y 1824, cuatro años antes de fallecer.

El salón de actos de la casa museo se convierte en aliada del tremendismo de estas estampas, ya que su distribución por la estancia rectangular obliga a que el espectador se tope casi cara a cara con cada una de ellas, sin mucha posibilidad de retroceso, aunque sea para disimular que se pretende ver con perspectiva. Estos grabados son, a decir de los expertos, una de las series más enigmáticas de Goya y que ha tenido hasta 10 ediciones, la última en 1983 para evitar el desgaste de las planchas originales, según las directrices de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Aunque desde la década de los años 60 del siglo pasado se le conoce con su actual nombre -Los Disparates-, esta serie de estampas las denominaron inicialmente como Caprichos Segundos y luego como Los Proverbios, lo que deja patente la indefinición sobre el sentido de las estampas goyescas.

Un cuarto de siglo después, cuando se cumplen los 270 años de su nacimiento, pero con menos tiempo de estancia que su anterior muestra -duró tres meses y ahora un mes y medio-, la figura y obra de Goya siguen causando admiración y sorpresa a manos llenas.

Escolares, turistas y visitantes del municipio y de otras localidades ya se han estrenado en la contemplación de los 16 aguafuertes expuestos, aunque hasta el 26 de mayo, según señaló González Padrón, ya existe un importante número de centros escolares interesados en conocer de cerca las estampas que ahora pueden observar en libros o en Internet. Pero vale la experiencia presencial para admirar, con o sin medicación, como la mente de uno de los grandes del Arte plasmó en litografías el universo que le rondaba por su cabeza -y sus manos- en ese periodo postrero de su vida.

El visitante se encontrará en esta exposición, que se espera bata los 7.000 asistentes de hace 25 años, con material didáctico que informará sobre las estampas colocadas en el salón de actos y también habrá un guía que atienda a los asistentes. "En 1991 la casa museo batió todos los récords con los 7.000 visitantes a esa muestra si tenemos en cuenta que en esa época solíamos tener entre 10.000 a 12.000 visitantes al año", evoca Antonio González. Ahora es menos tiempo, pero el poder de convocatoria de las redes sociales y los medios es mucho mayor que antes. Ahí estará uno de los retos de esta nueva visita de Goya a Telde, superar esa marca.

Una curiosidad. Fernando León y Castillo tuvo una estrecha relación con el grabado. Fue cuando trabajó como periodista en la revista España, una publicación en la que el después marqués de Muni le daba mucha importancia al grabado para la ilustración de los textos. De esa etapa le vino la afición a este arte y fruto de ello fue la producción de cartografía, "que hacen de la casa muse una de las pocas instituciones que tiene cartografía de África". El museo posee una colección de grabados del sobrino del escritor Pío Baroja y de Hesse. En Telde, se ha acercado al arte del grabado el pintor Luis Arencibia Betancor, pero no es una actividad que el municipio tenga sus mayores cualidades y fondos.

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