La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Pedro Bethencourt: "Cada trabajo es una conquista que acaba siendo diferente al boceto"

"De niño, mi profesora pensó que calqué un dibujo y me puso un cinco y medio. Estos fueron mis comienzos", señala el pintor

Bethencourt en la ermita de San Pedro Mártir con una de sus obras. ANTONIO ALÍ

¿Por qué esta temática?

Una de las exposiciones de la Escuela Luján Pérez fue dedicada al árbol, y yo participé. A raíz de ahí decidí hacer una galería individual. Además, me crié en una casa terrera rodeada de plantas y flores, y esas vivencias me hacen sentir el amor y el respeto que tengo hacia la naturaleza, lo que me lleva a pintar sobre esto, centrándome en paisajes.

¿Cuántos cuadros componen su galería en la Ermita?

Son 22 obras dedicadas todas al árbol, entre las que hay paisajes siempre canarios. Para crearlos utilizo una fotografía como guía, hago un boceto y plasmo el trabajo en el soporte, aunque al final no tiene nada que ver con la foto.

¿Qué estilo usa en sus obras?

Ahora estoy terminando una obra con un estilo distinto. Hasta hoy he seguido el impresionismo figurativo, pero quiero empezar con el neoimpresionismo. Me gusta, y sólo necesito seguir influyendo en ella para llegar a buen puerto.

¿En qué se diferencia de otros artistas a la hora de crear?

Me gusta ese toque de personalidad que se plasma. Cada trabajo que comienzo se convierte en una conquista, como aquel que quiere conquistar a una chica y va haciéndolo con buenas palabras y buenos gestos. Estoy con el trabajo y me pregunto y le pregunto por qué no me sale algo y sigo. Comienzo y, al final, no me sale lo que empiezo en el boceto, te dejas llevar y llegas a una obra final diferente, ya que sólo sale el boceto a un 70 por ciento.

¿Cómo empezó en el mundo de la pintura?

De niño, mis compañeros de la infancia me decían que tenía buenas tendencias con en el dibujo, y la verdad es que se trata de la única asignatura con sobresaliente que he tenido. Con 12 años, la maestra nos mandó en la escuela a copiar un dibujo de una página impresa y llevarlo hecho al día siguiente, a mí me tocó la cabeza de un toro. Cuando lo entregué, me dijo que era calcado, pero en la expresión del dibujo vio que no era así. Para no doblar mucho el codo me puso un cinco y medio, al mejor dibujo de la clase. Ahí fueron mis comienzos.

¿Tuvo claro en ese momento que quería dedicarse a esto?

No, me tuve que poner a trabajar con 12 años. Con 24 estuve de baja y me puse a pintar copiando lo que veía o reproduciendo cuadros de famosos. Después de jubilado, hace seis años, un compañero me animó a apuntarme en la Universidad Popular donde estuve un año. Después quise aprender a pintar, conocer las técnicas, cómo se inicia un trabajo y la forma de hacerlo, así que me fui a la escuela Luján Pérez. Cuando entré, estuve un año entero dibujando, hasta entonces no me dejaron coger pinturas. Desde ahí, poco a poco fui evolucionando hasta ahora, cuatro años después.

¿Disfruta con este arte?

No hago otra cosa. En casa tengo el caballete con la mancha puesta, y, además, estoy preparando un trabajo para ponerme a pintar en la Ermita en los ratos que estoy allí. Es una pintura que no está relacionada con el árbol, un motivo paisajístico con otro estilo, porque lo que más hago son paisajes y algunos retratos, aunque estos sobre todo cuando son por encargo.

¿Vende sus obras?

Sí. No porque lo necesite, pero ayuda y da alicientes, porque alguien compra tu obra y, además, lo que ganas lo aprovechas para seguir comprando materiales.

¿Qué siente desde que da el primer brochazo hasta el último en un trabajo?

Es un diálogo con el soporte. Hay momentos que lo dejas, te marchas hasta el día siguiente, porque hay algo que no consigues resolver. Luego te viene la luz y regresas. Así, cuando terminas el trabajo, sientes que has alcanzado una conquista. La inspiración viene y va, es importante estar relajado, y cuando algo se estanca y no consigues sacarlo, te trasladas de una zona a otra y vas salteando de un tramo a otro. De buenas a primeras, cuando dejas eso que no logras resolver y te pones con otra cosa, lo nuevo que haces te da la solución a lo que quedó pendiente y antes no pudiste conseguir.

Compartir el artículo

stats