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Telde, un 'sí quiero' muy solicitado

El Ayuntamiento registra un auge en sus bodas civiles y propone ampliar la oferta para mejorar y complementar el servicio - Estudia eliminar la tasa por celebrar los enlaces

Los novios, ya casados, se besan tras la ceremonia. LP / DLP

Con la pequeña Sofía Pulido de testigo, Enrique Pulido y Patrycja Fratczak dijeron "sí, quiero" en la sala de plenos del Ayuntamiento de Telde bajo la guarda del concejal de Igualdad, Gregorio Viera. Una rosa del mismo color, alguna que otra lágrima y un discurso basado en el respeto, la libertad y la igualdad acompañaron a la pareja que, tras doce años juntos, decidieron contraer matrimonio. Como ellos, cada vez más novios deciden casarse en el municipio ante el auge que están protagonizando las bodas civiles frente a las religiosas. Desde enero van ya 22, y asegura el edil que los meses de verano están completos.

Puede deberse al compromiso ante el que se encuentran los novios cuando se casan por la Iglesia de "que sea para siempre", tal y como lo apunta Viera, o a que cada vez hay más conciencia por los derechos de ciudadanía que el matrimonio permite. Sea por lo que sea, los teldenses se casan cada vez más a través de esta vía, lo que no significa que el acontecimiento no se pueda reproducir de manera religiosa.

"Una de las cosas que me sorprendió cuando llegué es que se casaran como si estuvieran en una iglesia", comenta el concejal. Asegura que los conserjes que están durante el acto han llegado a abrir las puertas de los coches nupciales o han habido novias a las que se les ha llevado la cola del traje. "Si por lo civil puedes hacerlo hasta en vaqueros", añadió mientras recordaba sus primeras veces en este tipo de eventos y puntualizando que el Consistorio apoya que los contrayentes "lo hagan como quieran".

Como quieran pero, por ahora, no dónde quieran. Aunque Costas ya permita llevar a cabo estas celebraciones en las playas, el consistorio teldense aún no lo ha aprobado. Esto es así porque la ley local fija como único espacio legal las casas consistoriales para ello. Aún así, y ante la demanda de varias empresas y particulares para trasladar las ceremonias cerca de la costa o en parajes del municipio "preciosos y románticos", el edil señala que es un asunto que pretende llevar a junta de gobierno o pleno para que sea modificado y amplíe su oferta. "Se demandan el rincón de Plácido Fleitas, la plaza de San Juan y la casa Los Sall [barrio de San Francisco], entre otros lugares muy bonitos, y es una pena", comenta.

A pesar de esta norma, Viera cuenta que aunque el lugar para firmar y hacer legal la boda sea el señalado, siempre que el concejal esté dispuesto, se puede reproducir el acto de manera "no oficial". Así, la semana pasada casó a una pareja el viernes "por lo legal" en el lugar marcado para ello, y el sábado repitió el acto en el rincón de Fleitas con una ceremonia "por todo lo alto". Se emociona al recordar las sillas acomodadas, el atril, los familiares llorando en la entrada, un coro de músicos y las lecturas de amor protagonizada por los novios.

Fueron dos chicos los que contrajeron matrimonio, y es que Telde cada vez casa a más parejas homosexuales. "No dejamos de ser una gran ciudad, y entra dentro de nuestra normalidad", asegura. De esta forma, los textos protocolarios para formalizar la unión han sido cambiados en el municipio "para adaptarlos a la realidad de cada familia". Actualmente hay tres escritos diferentes según la pareja que se case, "marido y mujer, marido y marido, mujer y mujer", apunta Viera.

Independientemente de quiénes sean protagonistas, en la ciudad hay demanda. Una media de tres bodas por día, "incluso cuatro de forma excepcional", durante los viernes y sábados "y algunas fechas especiales como puede ser un 29 de febrero". Aunque en invierno no hay tanto movimiento y hay huecos libres, los meses de verano "son una locura". Julio y agosto son los más demandados y "ya estamos dando fecha para septiembre", afirma.

Ceremonias que cualquier concejal del Consistorio puede ejecutar, ya que desde el principio se determinó que todos tuvieran esa "responsabilidad". Los diferentes partidos de gobierno van rotando su turno para casar y, así, entre los miembros del mismo pueden pasárselo. "A veces las parejas piden a uno en concreto, pero por lo general lo hacemos con este sistema", apunta mientras recalca que Juan Martel, edil de Festejos, y Álvaro Monzón, exedil de Medioambiente, son los que más bodas han realizado. "Cuando es en horario laboral, me suelen llamar mucho a mí porque estoy más a mano", añade.

El grupo presta este servicio "con calidad", y es uno de los municipios que todavía cobra por ello. "Si es por la mañana 150 euros, si es por la tarde 180", aunque cuenta Viera que es algo que se quiere modificar. "Depende de cómo estemos de presupuesto, pero me gustaría quitar esta tasa", admite.

Mejoras para los ciudadanos que, desde el Ayuntamiento, se intentan consolidar. Otra propuesta del edil es ampliar la oferta nupcial proponiendo al Casino La Unión dar cobertura y un presupuesto adaptado a la situación de los novios para hacer un brindis o un catering en su restaurante. Iniciativas que están en el aire, pero que se espera realizar pronto, como satisfacer la demanda de bautizos civiles.

No hay un patrón establecido para las bodas en el consistorio, aunque se siga el protocolo y se garantice calidad. En chándal y zapatillas de deporte o en traje blanco y tacones. Celebrando primero y firmando después. No sería la primera vez que alguien se presenta en este Ayuntamiento con la tarta cortada y la celebración concluida, "como el que se come primero el postre y el plato después", bromeó el edil recordando el caso de unos jóvenes que no hace mucho unieron sus vidas así, de forma legal, en el municipio.

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