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Telde agradece la defensa del folclore

La Escuela Municipal de Folclore recibe, junto a la asociación Tyldet, el homenaje de la ciudad

Una constante formación. FOTOS CEDIDAS POR LA ESCUELA MUNICIPAL DE FOLCLORE

Un acto oficial con motivo del Día de Canarias, aunque se celebra dos fechas antes, el 28 de mayo, servirá para rendir homenaje al folclore con letras mayúsculas, al que han enseñado y siguen enseñando a los jóvenes y también a cada vez más mayores los músicos, artesanos o coros de baile, entre otros. La Escuela Municipal de Folclore, una idea que empezó a vislumbrarse en el ya lejano año 1986, que se fue materializando al golpito en los inicios de la década de los 90 del siglo pasado, forma parte del paisaje y paisanaje de Telde.

No será el único reconocimiento a una labor por conservar y difundir la idiosincracia canaria, las tradiciones de una ciudad que, como Telde, siempre ha tenido una especial sensibilidad con el folclore. Esa misma noche también subirá al escenario otra forma de defender la esencia vernácula, la realizada por la asociación cultural Tyldet, presidida por Miguel Vega, y que lleva décadas de trabajo en favor del patrimonio de la ciudad.

Nino Jiménez, timplista y componente de la Escuela Municipal de Folclore, recuerda que "en 1986 Expedito David Peñate y yo asistimos al primer congreso de cultura canaria organizado por la Universidad de La Laguna y allí expusimos la necesidad de la creación de escuelas de folclore en los municipios de Canarias para mantener vivas las tradiciones, recuperar antes de que se perdieran oficios, juegos y otros aspectos de nuestra cultura con la enseñanza a los niños, jóvenes y personas interesadas en el folclore".

De este grito por la supervivencia de una forma de concebir la vida, que estaba en aquel tiempo en vías de extinción y que programas como Tenderete era casi el único asidero para la salvación. Pero todo e mpezó a cambiar después del congreso lagunero y Jiménez, miembro del entonces patronato de Cultura del Ayuntamiento de Telde, expone al concejal del ramo, el socialista Juan Sánchez y al gerente, Ignacio Morán, la creación de la escuela, sobre todo en un tiempo donde había una gran sensibilidad por el folclore. Así arrancó, pasito a pasito, a golpe de púa y sonido de timple, bandurria y laúd, el proyecto, que recibió un gran impulso en el mandato del edil Ildefonso Jiménez. Y ya no ha parado.

Casualidades de la vida, mañana recogerá el Premio Telde en la que fuera su primera sede, la Casa de la Cultura, hoy bautizada como Teatro municipal Juan Ramón Jiménez. Instalada en la Casa Condal, en San Juan, también vivero hace décadas de talleres de fotografía, pintura y otras artes, la escuela de folclore sigue impartiendo clases de oficios artesanos, música o baile, que han vuelto a tener una eclosión fruto de un trabajo de difusión que ha calado en la población.

De hecho, Telde es una verdadera potencia folclorista en Canarias, con una importante cantidad de grupos musicales, artesanos y monitores que han logrado con su tesón y dedicación revivir al muerto.

La Escuela Municipal de Folclore no es solo un espacio físico, sino también emocional y esa pasión por la cultura canaria la ha desparramado por todos lados. Ha creado una excelente cantera para mantener viva, y de qué forma, una concepción de la vida, de ampliar sus conocimientos a los barrios.

"Los primeros núcleos o barrios en beneficiarse de las actividades de la misma fueron", comenta Jiménez, "La Majadilla, Marpequeña, Lomo Magullo, San Antonio, Lomo Cementerio y Medianías, así comolos colegios del casco de la ciudad San Juan y León y Castillo, sumándose en años posteriores otras zonas como San Juan, San Gregorio, La Pardilla, Callejón del Castillo, Arenales, Melenara, Caserones Bajos y Alto, Las Huesas, contando solamente con un monitor para las mismas con las que se cubrían romerías y otros actos organizados por el Ayuntamiento o los propios colectivos para sus fiestas".

Muchos de estos barrios abrían su local social un día a la semana, por el bar existente en los mismos o por los juegos de baraja o lotería, por lo que la Escuela de Folclore contribuyó en dinamizar actividades en los mismos y crear lugares de encuentros vecinales. Mañana volverá a reunir a muchos teldenses agradecidos por su labor.

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