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Churchill se quedó sin 'Día D' en Telde

Una ruta guiada muestra las construcciones militares de la II Guerra Mundial en la costa

Búnker de telemetría en la batería de Melenara. LA PROVINCIA / DLP

El primer ministro británico Winston Churchill se empeñó durante la Segunda Guerra Mundial en invadir Gran Canaria para defender -al menos ésa era la versión oficial- los intereses de la amplia colonia británica en la Isla, la segunda en número en España después de la de Jerez, pero su gozo se quedó en un pozo. La ubicación de construcciones militares en la costa este y en varias playas del municipio para repeler una invasión durante el conflicto bélico desarrollado entre 1939 y 1945 frustró ese anhelo del dirigente inglés por apoderarse de un enclave tan geoestratégico.

Ésta y otras curiosidades fueron las que relató durante una visita guiada por las construcciones militares del litoral de Telde el cronista oficial de la ciudad y conservador del museo León y Castillo, Antonio González Padrón. El recorrido, de hora y media de duración y con 65 inscritos, se inició en el muelle de Taliarte a las 19.30 horas, organizado por el Cabildo de Gran Canaria y revivió los años de una contienda militar aparentemente alejada del Archipiélago, pero que tenía a Canarias como un apetecible tablero para desplegar las estrategias bélicas.

González Padrón expuso en cada una de las paradas del trayecto -Taliarte, Melenara, Playa del Hombre, entre otras localizaciones- la historia de esas defensas militares, abandonadas y olvidadas desde los años 80 del siglo pasado y que se mantienen en el paisaje costero con más pena que gloria.

"Franco, temiendo una invasión de los aliados, sobre todo de Inglaterra y también desconfiando de parte de la población isleña por su tendencia anglófona, mandó a ingenieros militares de la Península a construirlas, pero con la supervisión de militares alemanes, que habían advertido al Gobierno español de las pretensiones de los ingleses de invadir Gran Canaria", expuso el cronista teldense.

Su construcción se realizó con material que las hacía difícil de localizar desde el aire porque se confundía con el entorno y motivó el interés de los marinos y visitantes por su construcción y también algún litigio con la sociedad civil por la expropiación de fincas, como fue el caso de la propiedad expropiada een la costa a Eladio Betancor.

Nunca se produjo el temido desembarco al estilo Día D por las aguas de Gando o Melenara y las defensas militares apenas fueron utilizadas salvo para maniobras esporádicas o por el aviso del avistamiento de algún barco enemigo.

Después de la guerra, comentó González Padrón fueron abandonas a partir de los años 60 y se "llenaron de todo tipo de basuras, preservativos, jeringuillas e incluso algún desaprensivo llegó a hacer fuego en su interior". Esta ruta guiada tuvo sus antecedentes en otras realizadas hace más de 30 años para reivindicar la importancia de las construcciones militares, pero sin éxito por sus organizadores.

Antonio González recuerda "que en reiteradas ocasiones como cronista oficial de Telde solicité que se solicitara su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), pero nunca se nos ha hecho caso y este patrimonio peligra".

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