El Ayuntamiento de Telde lo había dejado claro: la Traída del Agua Infantil conllevaba ayer domingo el cierre al tráfico de la carretera de acceso a Lomo Magullo. Los vehículos no podían circular entre las 12.00 y las 13.30 horas por el tramo comprendido entre la plaza y Pico Gallo.Pero eso no fue obstáculo para que numeroso público acudiera a festejar la Traída del Agua.

El concejal de Tráfico, Juan Martel, informó que los vehículos no podían circular por la GC-131, entre Pico Gallo y la plaza, para garantizar el óptimo transcurso de esta cita festiva que se ha consolidado tras siete ediciones, en el marco de la celebración de la fiesta de este barrio teldense.

La Traída del Agua Infantil, que este año contó por primera vez con la participación de la Banda de Agaete, recorrió las calles La Virgen, Pico Gallo y un tramo de la carretera general Lomo Magullo, y concluirá en la puerta de la iglesia, recuperando parte del trayecto inicial de hace casi medio siglo.

La participación de más de 400 niños en la Traída del Agua, según los organizadores, vistió de color el recorrido, de pistolas de agua, baldes de plástico y cualquier cosa que pudiera transporta el líquido refrescante. A ellos se unieron numerosos familiares que no quisieron desaprovechar el festejo, así como la presencia del grupo de música de Agaete.

La fiesta se desarrolló sin incidentes, según el concejal, que discurrió también con una gran agilidad, ya que el recorrido se cumplió en una hora, sin contar los bailes en la plaza. En esta ocasión la Traída del Agua recuperó el antiguo trazado, algo más largo que la ediciones anteriores. Pero en ningún momento resultó excesivo, quizás porque también ayudó el buen tiempo y la música de la Banda de Agaete, presente por primera vez en la fiesta.

Juan Martel también destacó ayer el buen clima reinante en todo el recorrido, como debe ser en una fiesta que puede recibir un chaparrón de agua sin esperarlo. Y ahí está la gracia.