El consejero insular de Juventud, Miguel Montero, destacó la idoneidad de Melenara como escenario para la realización de esta efeméride y que toma el relevo de la playa de Las Canteras. "Cuenta con buenas infraestructuras para celebrar un acto de estas características y, además, el Ayuntamiento de Telde ha colaborado activamente ".
Montero definió el Día Internacional de la Juventud, una actividad promocionada por Naciones Unidas y que ayer se realizó en múltiples países, "como la oportunidad de que la sociedad conozca el mundo de los jóvenes, cuáles son sus problemas y su realidad. Lo que celebramos hoy es el colofón de una semana de actos que acaba con una jornada lúdica que permitirá que chicos y chicas se conozcan mejor y participen en los talleres que se les ofrecen, con deportes, juegos y cultura".
La playa teldense marcó un hito de participación, al superar el registro de los 400 jóvenes congregados en Las Canteras el pasado año y donde los voluntarios y personal de Juventud de ambas instituciones se volcaron en la atención a los participantes en los talleres. "En los talleres", explicó Montero, "se han formado grupo de 10 personas de ambos sexos y de distintos municipios para que las actividades sean también un intercambio de vivencias entre ellos. Intentamos erradicar el menosprecio que se tiene a las actividades de ocio y lúdicas".
El consejero de Podemos indicó que es la corporación insular la que financia el Día Internacional de la Juventud, "que queremos sea un día que los jóvenes tenga marcado en rojo en su calendario, que sepan que el Cabildo no se olvida de ellos, sino que gestiona lo mejor posible las políticas que les afectan".
Mapi Jerez, presidenta de la asociación cultural Frida Kahlo, impartía, junto con otras compañeras, un taller de introducción a la pintura a un grupo de jóvenes, que con pinceles y lienzo en el caballete pintaban lo que su imaginación les dictaba. "Algunos se ve que saben algo de pintura y a los que no les orientamos sobre cómo pueden hacer sus cuadros", apuntó Jerez.
En el muelle de Melenara, el monitor Daniel Sancho enseñaba a sus alumnos cómo sincronizar movimientos con el resto de sus compañeros del taller de percusión corporal. Algo difícil al principio para pillar el tranquillo, los chicos y chicas empezaron a animase. "El objetivo es un baile en grupo y expresión de principio de unidad en la diversidad para que todos, por distintos que seamos un solo sonido".