Desde hace varias semanas -dos o tres según se pregunta a quienes las han visto- el centro urbano del barrio comercial de San Gregorio sufre una plaga de ratas de gran tamaño que ha puesto en guardia no solo a los negocios de la zona, sino también a los vecinos. Preocupación latente cuando los afectados por la cercanía de estos roedores a sus negocios y a viviendas colindantes han visto cómo incluso un vecino tuvo que abatirlas a tiros al ver que su presencia aumentaba cerca de su domicilio.
Así lo cuenta una de las empresarias de la zona comercial abierta, quien asegura que aunque "hemos tenido la suerte de que no hayan entrado en los locales o en las viviendas, sí es preocupante que ronden por la zona. Sobre todo porque son enormes y ni siquiera los gastos se acercan a ellas, evitan su presencia desde que las ven". De hecho, según explica esta encargada de un negocio del casco urbano de San Gregorio, "un vecino ponía antes comida en un muro para alimentar a los gatos, pero cuando aparecieron las ratas ellos se marchaban y no volvían hasta que ellas dejaban de comer y se quedaban con las sobras".
Otro empresario muestra su preocupación por el impacto que para los negocios, sobre todo los dedicados a la restauración, porque "se quedarían con el sambenito de tener ratas, por lo que habría que buscar una solución ya antes de que este problema se extienda y perjudique a todos". Sobre todo cuando desde la directiva de la zona comercial abierta se realizan campañas para potenciar la oferta de los negocios de San Gregorio.
En un local, por ejemplo, según el titular de otro negocio, "me encontraba con problemas con el lavavajillas, ya que la manguera para evacuar el agua se saltaba y entraba en el local. Cuando quise arreglarla, comprobé que estaba totalmente mordisqueado, comida y era la forma de las ratas de intentar aprovechar cualquier resto de comida que iba por el bajante. Como no podían entrar porque tengo completamente sellados los accesos, se quedan en el fondo. De noche oía ruidos y me extrañaba, pero es que ahora también se oyen por la mañana sus gritos, y por la noche ya es una cuestión de mantener todo cerrado".
El origen de esta plaga parece localizado, según explican estos empresarios, y podría estar en un inmueble abandonado muy cerca de sus negocios, "donde las ratas anidan y se les oye por la noche corretear por ella, aunque también hay algunas calles, como Nueva, que la gente usa para defecar y más que sus mascotas, hay restos de cagadas de personas, una falta de civismo increíble". Incluso han hablado con Consumo y Sanidad del Ayuntamiento de Telde para alertar de esta plaga y se erradique.
No obstante, admiten que el servicio de recogida de basuras y de limpieza viaria cumple con su cometido y que el problema no radica aquí, sino en el incivismo de ciudadanos, "no tanto de la zona, como de otros lugares, que dejan sus bolsas en el suelo o incluso encima de la tapa del contenedor, estando éstos vacíos". De ahí, alegan, también se alimentan las ratas.
