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Los dos 'ángeles' de La Viña

Un mural pintado en la plaza del barrio recuerda a Fran Raya y a Manuel Medina, dos vecinos fallecidos y que eran muy apreciados - Las últimas fiestas fueron un homenaje para ambos

Kilian y Anabel, María del Carmen Pérez, madre de Fran Raya, Macu y Lorenzo y Pedro Yánez. SABRINA CEBALLOS

Los festejos patronales finalizaron el pasado lunes y el miércoles, día de la realización de este reportaje, la plaza del pueblo estaba en sosiego. A las 11 de la mañana reinaba el silencio, solo se oían los pasos de algún que otro vecino que cruzaba por ella. En su camino se encontraban con dos murales, sin pintadas ni grafitis que los afeen, que se han convertido en el homenaje sentido de sus habitantes hacia sus dos convencinos fallecidos.

El más antiguo es un recordatorio del óbito de Fran Raya, realizado un par de semanas después de su fallecimiento, en julio de 2014. El nuevo, con su imagen, la de Manolín Medina -como lo conocían y aún le llaman los residentes- y la Virgen se pintó para descubrirlo en las fiestas. Ambos trabajos, hechos por el mismo autor, flanquean una suerte de escenario junto a la pared del considerado centro neurálgico del barrio y que rezuma su sencillez y tranquilidad.

"Ninguno ha sido ensuciado ni pintado por nadie e incluso en el nuevo, cuando los niños juegan a la pelota y se les escapa una contra el mural nuevo se advierten y dicen 'cuidado, que le dan a ellos' y procuran evitar esos golpes", recuerda Kilian, el mejor amigo de Fran, que junto a sus padres, Lorenzo y Macu, la madre de Fran, María de Carmen Pérez, su hija Anabel y Pedro Yánez, presidente de la comisión de fiestas, describen la personalidad de los dos vecinos homenajeados.

La ternura con la que hablan sobre ambos mitiga en parte el dolor de su pérdida, la unión del barrio ha tornado los días de lágrimas y lloros en una emotiva serenidad no exenta de nostalgia.

Aunque distintos de carácter, Manolín Medina y Fran Raya eran muy apreciados en un barrio donde los residentes están muy unidos, conscientes de la historia de superación de La Viña para ser para sus habitantes "un barrio tranquilo, bien equipado y con buenas personas", como lo define Pedro Yánez. Si Medina era una persona muy reservada, tranquila, "tan bueno que por no molestar casi ni hablaba", recuerda Yánez, el caso de Fran era distinto. Implicado a fondo en las fiestas, "siempre tenía una sonrisa en la boca, era el niño del barrio al quien todo querían proteger, para mí como un hermano, el familiar de todas las familias", apunta Kilian. Anabel, hermana de Fran, lo recuerda como "amigo de sus amigos, había que pegarle cachetadas para que no se durmiera".

Su madre, María del Carmen Pérez, se siente orgullosa de su hijo y más si cabe de que todo el barrio quiera a Fran, "que después de dos años de su muerte su recuerdo siga presente en La Viña. La plaza era un lugar donde se reunía con sus amigos y que esté el mural aquí es un recordatorio diario de él y de Manolín, por eso le doy las gracias a la comisión de fiestas y a la asociación de vecinos, a Pedro Yánez y a Heriberto Álvarez por su colaboración y ayuda para que sea una realidad".

La figura de Fran está presente, además, en otras facetas del barrio. Su pasión era el fútbol y su equipo de siempre, el Atlético de Madrid. Tal fue el entusiasmo que transmitía por el deporte rey que en su memoria existe en el barrio el equipo Atlético Fran Raya y un escuelita de fútbol también con su nombre, apadrinada por Roque Mesa, centrocampista de la UD Las Palmas y que jugó de niño con Fran, como recuerda su madre.

Anabel aporta otra singularidad más de su hermano sobre el mundo del fútbol: "Siempre estaba con una chaqueta del Atlético de Madrid y un paquete de pipas e iba a los partidos así. Es una imagen que todos tenemos de él" y que permite una leve sonrisa cuando se evoca la figura de Fran Raya.

En 2014 el luto ennegreció La Viña con su muerte y se suspendieron las fiestas. Pero no la que sus amigos le organizaron para mantener viva su espíritu alegre. "Hicimos una escala en Hi-Fi y un torneo de fútbol", recuerda Kilian y Anabel. Fue su tributo a Fran, ahora junto a Manolín y a la Virgen.

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