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Más de diez empresas se interesan por las obras del Juan Carlos Hernández

El plazo para presentar ofertas al Cabildo acaba este lunes

La fecha límite para presentar ofertas al Cabildo para encargarse de las obras del Polideportivo Juan Carlos Hernández, en Jinámar, llega a su fin. El próximo lunes 29 de agosto se cerrará un plazo en el que, hasta ahora, se han acogido "más de diez empresas fuertes, interesadas", aseguran Antonio Caballero y Carlos Ibrahim, arquitecto e ingeniero del proyecto, respectivamente. Así, el concejal de Vías y Obras, Alejandro Ramos, confirmó los datos mostrándose optimista con el hecho de empezar el trabajo en octubre y la posibilidad de tener pabellón nuevo en el barrio teldense en febrero de 2017, "si no se presentan inconvenientes".

Con los 650.000 euros aportados por el Cabildo de Gran Canaria para cubrir las obras, se prevé restaurar la infraestructura al completo que lleva diez años cerrada. Así, tras diversos actos de vandalismo en su interior con robo, el espacio deportivo se encuentra en un estado de abandono donde basura, polvo, cristales rotos y mobiliario destrozado son protagonistas.

"Se trata de hacer mucho con un presupuesto justo, por lo que hay que maximizar la inversión", puntualiza Caballero. De esta forma, trabajan con la intención de mantener todo lo salvable, sin tocar la morfología del edificio, sustituyendo lo inservible y mejorando, entre otros aspectos, la accesibilidad para personas con diversidad funcional y la seguridad del pabellón y en él.

"Es triste que el nombre del polideportivo sea en honor a un exatleta paralímpico y que no esté adaptado", determina Ramos. Por ello, la instalación de un ascensor con medidas adecuadas "incluso para meter una camilla en caso de emergencia", según explican los implicados en los planos de la obra, será uno de los puntos principales. Además, se facilitará el acceso al complejo deportivo en sí, a las gradas en su interior y se adaptarán los vestuarios para personas con movilidad reducida.

Para entrar, los usuarios contarán con un control de acceso con tarjeta por la parte derecha de la recepción, en la que habrá una persona supervisando. Por otro lado, "en caso de espectáculos u otros eventos con público, habrán unas puertas que se abran sin necesidad del dispositivo anterior", para mayor facilidad y comodidad.

A pesar de que sólo 170 personas caben en la zona de canchas en el interior del pabellón, un aforo aproximado de 400 es el que los implicados estiman que cabe en el mismo contando con las gradas. Así, la seguridad es otro de los aspectos importantes que han tenido en cuenta. "La norma de evacuación no era adecuada, pero ahora sí", aseguran, mientras recuerdan que una correcta accesibilidad "no sólo favorece a las personas con diversidad funcional, sino que es beneficioso para el conjunto de la población en caso de emergencia", añaden. Además, hay intenciones de instalar "un circuito cerrado de televisión".

Entre retretes rotos, cables sueltos, maderas arrinconadas y objetos varios abandonados, tanto Ramos como Ibrahim y Caballero, avanzan por la instalación explicando cómo será cada espacio tras las obras, junto a Celeste López, concejala accidental de Deportes, y Juan Carlos Hernández, ex atleta paralímpico de Jinámar. "Esto es necesario, porque no es normal que en un barrio en el que hay más de 25.000 habitantes no hayan instalaciones de este tipo", critica el deportista. Anima, también, "a usar más espacio alrededor, cuando esto se termine, para ampliar el pabellón incluso con una zona acuática".

Por el momento, los usuarios podrán disfrutar de canchas de baloncesto, fútbol sala, balonmano y voleibol, internas y externas, y los empleados de baño exclusivo y taquillas. Habrán cuatro salas destinadas a realizar en ellas ejercicios con pesas, cardio, spinning, aeróbic o danza. Todo esto detrás de una fachada "más moderna que represente una imagen del siglo XXI y no de los años 70 , con material porcelánico y luces externas" señala Caballero.

Como si fuera magia, el arquitecto junto a Ibrahim y su compañera Priscila Sosa, hacen desaparecer todo signo de vandalismo en sus tabletas y crean un nuevo pabellón "hecho con mucho mimo".

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