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Los jubilados protestan en la calle

Alrededor de 300 usuarios se concentran en la entrada del centro de mayores de Telde para reivindicar su apertura

Tanto Pino González, portavoz del grupo, como el resto de mayores de Telde lo tienen claro: "Nuestro centro no se toca y si lo hacen se las verán con nosotros". Bajo este lema y en medio de un ambiente tenso, los jubilados del municipio se concentraron durante la mañana de ayer en las puertas de su centro de día que lleva más de cuatro meses cerrado. Sin pensarlo dos veces, instalaron mesas y sillas en la vía para desempeñar algunas de sus actividades diarias antes realizadas en el inmueble. "Aquí estaremos cada día hasta que esto se arregle", aseguran.

A pesar de que les afirmaron que el 1 de septiembre podrían hacer uso de las instalaciones del espacio que consideran su "segunda casa", tras las obras que lo han tenido cerrado este tiempo, la realidad con la que se han encontrado los mayores es otra distinta. "Se están riendo de nosotros y ya está bien", comenta José Artiles, vecino de Telde de 82 años y socio del centro desde hace 22. Él, junto a sus compañeros Francisco Rodríguez, Antonio Luis Moreno y Carmelo Naranjo, es uno de los decididos a aparecer cada día a jugar a la baraja en la calle. "Aquí estamos, tirados como niños", añade, con el temor de que la situación dure hasta invierno, "¿qué haremos entonces?", cuestiona con enfado.

Así, los presentes (alrededor de 300) muestran su descontento con lo ocurrido. "Pero aquí nos vamos a quedar, a ver si les da un poco de vergüenza que estemos en esta situación y hacen algo", explica la portavoz, de 69 años. En la cabeza de "esta lucha de los mayores", como ella lo llama, determina que "si esta semana no conseguimos nada, la próxima iremos al Ayuntamiento y nos meteremos en el despacho de la alcaldesa". "Con presión", confía en conseguir su objetivo.

Con muletas o bastones a cuesta, sentados en bancos o en sillas plegables, con más o menos años, y hasta con nietos de la mano, todos se muestran uno sólo. "Debería estar abierto, porque con lo que ha pasado han matado Telde", señala Artiles apoyado por sus compañeros. "¿A dónde quieren que vayamos?", pregunta Gerónimo Quintero mientras critica que se haya barajado la posibilidad de mandarlos al Casino La Unión. "Nos quedamos aquí porque esto es nuestro y porque hay personas con movilidad reducida que no pueden marcharse, y estamos juntos en esto", añade.

José Luis San Roque, de 66 años, hace memoria de la época en la que el centro "no tenía ni para folios". Cuenta que "fuimos los mayores los que colaboramos para que saliera adelante y somos nosotros los que lo conocemos". Así, comerciantes de la zona afirman que los jubilados no son los únicos afectados, "ya que las ventas también han bajado".

Desde la Consejería de Políticas Sociales del Gobierno de Canarias, aseguran que "se han terminado las obras y se prevé que abra hoy o el miércoles". Eulemia Suárez, sin saber lo ocurrido, se acercó ayer al centro para hacerse socia. Se fue con la desilusión por no apuntarse y por el cierre indefinido. Quizás hoy o mañana pueda recuperar la ilusión, como la esperanza que el resto de mayores jamás pierde.

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