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'Cada vela es una historia'

Laureano Betancor, voluntario en el puesto de venta de la basílica, asegura que la demanda del artículo se dispara con las fiestas del Cristo

'Cada vela es una historia'

Juan José Santana, sacristán de la basílica de San Juan desde hace 35 años, calificó la reciente bajada del Cristo de Telde como "apoteósica". Asegura que durante el esperado acontecimiento "la iglesia estaba a tope y no cabía nadie más". Tras el acto, ayer comenzó el nuevo horario de apertura y cierre del templo, así como de las eucaristías especiales por las fiestas de la imagen religiosa en el barrio. De esta manera, desde las siete de la mañana la basílica empezó a recibir fieles que utilizaron las velas como instrumento principal para pedir, agradecer o venerar al Cristo.

"Cada vela es una historia", explica Laureano Betancor, voluntario en el puesto de venta de artículos religiosos en el interior de la iglesia. "Durante todo el día de hoy esto ha sido un desfile permanente de personas", relata para hacer referencia a la devoción que, cada año, hace que miles de fieles se acerquen para ver al Cristo. "Lo más vendido, sin duda, han sido las velas, porque la gente las utiliza para pagar promesas, pedir algo que les hace falta o dar las gracias", añade.

Cuenta que desde primera hora de la mañana se han acercado personas de todas las edades para acudir a las eucaristías o sólo contemplar al protagonista. "Es increíble como en 24 horas esto se llena de llamas encendidas", completa, mientras recuerda que hace unos años cambiaron el espacio para situar las velas "porque, del humo, el cuadro de las Ánimas se estropeó y hace unos 12 años que lo restauramos de nuevo, aunque no se ve tan bien como antes".

Así, explica que el puesto en el que colabora comenzó siendo "dos mesas pequeñas en las que vendíamos para la iglesia pequeñas cosas". Hoy, la parte trasera del templo, entrando a la derecha, luce un espacio perfectamente montado con cientos de artículos diferentes con la imagen del Cristo. "El mostrador este fue un regalo que Miguel Ángel Melián, carpintero devoto del Santísimo, quiso donar a la basílica con todo su amor". Gracias a ello se han podido expandir un poco más en los últimos años y añadir la venta de libros y de postales a raíz de un estudio fotográfico del templo hecho por los mismo voluntarios.

"Hace dos años que vendemos estos cuadros con la fotografía del Cristo por delante y una oración por detrás", cuenta Betancor a la vez que señala el artilugio. Agrega que es obra de una devota de la capital, "que el año pasado apareció con un carro lleno que nos regaló para vender y en esta edición, llegada en taxi desde Las Palmas de Gran Canaria, otra vez".

Asegura que todos los que colaboran en la basílica lo hacen con el corazón y que su única tarea no es vender, sino que miman el espacio y "escuchamos a todos los que vienen que, por lo general, tiempo después vuelven a dar las gracias por algún consejo o alguna palabra dicha", determina.

Por su parte, Santana habló de la misa del lunes, dada por Nicolás Monche, durante la bajada, con ilusión y cariño, y espera con emoción la procesión que se saldrá hoy de la iglesia después de la eucaristía a las 19.00 horas que encabezará el obispo de la Diócesis de Canarias.

En cuanto a la afluencia de gente ayer en el primer día de misas especiales por las fiestas, relata que "en la primera de las siete y media de la mañana, la mitad de los bancos estaban llenos de jóvenes y mayores, y el número aumenta en la de las doce y la de por la tarde". Mientras, señala las sillas adicionales colocadas en los pasillos para que quepan más asistentes.

Con brillo en los ojos, recuerda que cada uno de los actos de esta celebración son "bonitos, espirituales, de recogimiento y fervor". Una tradición "desde 1550, según el inventario", fija, que reúne a vecinos de toda la Isla "para pedir al Cristo salud, sobre aspectos familiares, de la vida o del trabajo y dar las gracias". Frente a él, la imagen luce con flores blancas y amarillas esperando para recorrer hoy el barrio de San Juan junto a sus fieles.

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