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Entrevista

"Cambié el balón por una guitarra, pero la música siempre me ha acompañado"

"El apoyo de la gente es lo que me mantiene sobre un escenario y lo que hace que continúe bailando carreteras", afirma el cantautor Ari Jiménez

Ari Jiménez, cantautor. LP / DLP

¿Cuándo se dio cuenta de que quería dedicarse a la música?

Como cualquier persona que se inicia en la música, al principio lo tomas como hobby, una liberación y descarga. Antes jugaba al fútbol, me lesioné y lo tuve que dejar, así que sustituí esa ausencia del balón con una guitarra. A raíz de eso, los primeros conciertos que hice, con 19 años, eran prácticamente para mis amigos y poco más. Cuando pasaron unos dos años y me di cuenta de que esos amigos eran menos y aparecía más gente que no conocía, empecé a tomármelo más en serio, porque fui consciente de que estaba funcionando, que gustaba realmente y que no era por mis amigos.

¿Es la misma satisfacción la que da un balón que la que da una guitarra?

Son diferentes, aunque ambas brutales. Ahora mismo, lo mejor para mí es la guitarra porque lo estoy viviendo y porque la música es lo que más satisfacciones me ha dado en la vida. Además, es algo que siempre me ha acompañado, incluso cuando jugaba al fútbol la escuchaba antes de salir al campo, por lo que siempre ha estado ahí, pero necesitaba un pequeño impulso.

¿Cómo da ese paso?

En mi casa siempre se ha escuchado mucha música y mi hermano es bajista, por eso siempre estaba presente. Se puede decir que él ha sido una influencia para que me entrara la jiribilla y me adentrara en la dinámica musical poco a poco.

¿Qué siente cuando se sube a un escenario?

Una mezcla de todo. El nerviosismo que hay, que es tan increíble que no lo puedo describir. Te subes con un poco de nervio que necesitas, porque es adrenalina, estás a tope y, poco a poco, se va calmando. Es algo que te ayuda a mantenerte atento en el escenario.

¿Cuál es la mayor satisfacción que le ha dado este arte?

Son tantas cosas que elegir una es muy difícil. Siempre te quedas con la gente, con su apoyo aun saliendo de la nada y es increíble cuando te enteras de que te escuchan para dormir o recién levantados. Son cosas que me llenan y me hacen ver que estoy haciendo bien mi trabajo, lo que me da motivación para muchos años más.

¿Qué le inspira al componer?

La vida en general. Un 98 por ciento son experiencias reales, pero siempre existe ese pequeño tanto por ciento de cuando te pones a investigar y sale algo surrealista para narrar, pero por lo general son canciones basadas en la vida real.

Recibir cada vez más apoyo de más gente es importante.

Eso es lo que me mantiene en pie y hace que siga bailando carreteras. Eso es lo que importa, porque si ellos no están delante, no tiene sentido lo que estoy haciendo. La música es para mí una forma de desahogo, soy mi propio psicólogo y me ayuda a que me libere, y al mismo tiempo que suelto cosas ayudo a otras personas a desahogarse también. Por esto me siento, de una forma u otra, parte de la vida de los que me vienen a ver.

Ayudar a otros con lo que más le gusta debe ser una satisfacción.

Es una sensación brutal, sobre todo ese momento en el que ves a una persona emocionarse con una canción. Una de las anécdotas que más recuerdo es cuando estaba empezando y vi a una chica llorar en mi concierto y pensé que le pasaba algo, porque no pensaba que fuera por la canción. Cuando le pregunté y me dijo que le emocionó la letra porque le recordaba tiempos buenos, yo me quedé de piedra. Al principio no lo pude ver porque no estaba tan conectado como ahora a este mundo y me chocó bastante.

El cantautor tiene cierta intimidad con su público.

Mucha, porque, al final, la música de autor se resume en una guitarra y en la voz, lo que hace que la emoción y el sentimiento que pones en el directo sean los mismos que has vivido en el transcurso de composición. Cuando estoy en mi casa y compongo lo hago a guitarra y voz, sin intermediarios, sin instrumentos de más, lo que hace que se llegue a más sentimentalismo que si se hiciera con una banda.

¿Es complicado hacerse un hueco en esta carrera?

Vivimos en tiempos complicados, y siempre ha sido así. Si le haces esta pregunta a alguien de hace 20 años, creo que diría lo mismo. Ahora hay más facilidad porque tenemos internet, medios de difusión con los que cualquiera puede sonar en cualquier sitio. Subes vídeos a las redes sociales y te promocionas. Estamos en un momento en el que tenemos esa ayuda, pero a la vez hay mucha información, lo que hace que se llegue a un punto de saturación en las redes con la presencia de mucha música. Aun así, es genial y estamos viviendo un boom de cultura, sobre todo en poesía y música.

Un día acabó su labor como futbolista, ¿cree que puede pasarle lo mismo con la música?

Ahora la música es mi vida y no creo que nada me baje de los escenario. Cuando esté viejito entonces tendré que hacerlo pero mientras tanto, y pueda seguir viviendo de la música como todos estos años, no veo mejor manera ni nada que me haga tan feliz como esto, así que no pienso en otra cosa.

Es una forma de vida bonita.

Sí, pero tiene dos puntos. Es muy agradecida, pero también bastante variable, porque se pasan muchos baches y se trata de una carrera de fondo muy psicológica, ya que se necesita fortaleza mental para esos pequeños palos que te llevas. Hoy puedes ir a un concierto en Gran Canaria y estar lleno, en Madrid también, pero vas a otra ciudad y sufres porque no sabes lo que te vas a encontrar. A lo mejor llegas y hay cuatro personas o lo tienes que suspender. El único que he cancelado fue en Granada hace seis años, porque me escribió gente para que fuera, fui y con la estadística pensé que iría un mínimo que me cubriera los gastos, porque lo costeamos todo la mayoría de las veces, pero a final no fue así y palmé el bolo.

¿Qué siente cuando hay poca gente o tiene que suspender?

Aprendes a valorar. En un principio, cuando era más joven y me pasaba en una ciudad nueva, caía en el fondo y no lo disfrutaba tanto. Ahora, pienso un poco mejor las cosas y me doy cuenta de lo que tengo y valoro mucho a los que van. Así, se consigue que sea brutal, por la extrema cercanía, porque es como si estuvieras en un salón y aparecen diez personas para los que das conciertos. Es una actuación diferente con un vínculo aún superior, donde tenemos contacto entre todos, con bromas y diálogos. Es algo que valoras de forma muy positiva.

¿Cómo definiría la música?

Como un plan de vuelo. Creo que es lo que da la música, porque en un plan de vuelo, cuando el avión tiene que hacer un trayecto, este pasa por diferentes puntos hasta llegar a su destino y eso es justo a lo que te lleva una canción o la música en general. Diferentes puntos que te llevan a uno concreto.

Ha llevado a cabo la organización de 'Patios Encantados'.

Sí, he organizaron todo el evento, lo que se me ha hecho muy fácil porque cuando hay personas que apuestan tanto por la cultura como el director de la Casa Museo León y Castillo, Antonio González, que te lo hacen tan simple, todo sale rodado. Me dio todas las facilidades y carta blanca para hacer lo que quisiera. Es muy buena persona.

¿Qué opina sobre la iniciativa?

Ojalá hubiera más gente que apueste como González por este tipo de actividades, porque tenemos muchos espacios en Canarias para esto y no se aprovechan. Espero que a partir de este, que ha sido un éxito y ha llenado aforo todos los días, llame la atención y se pueda hacer en más casas museos de Canarias. Sería genial que se hiciera un circuito por todas las del Archipiélago, porque es algo muy bonito.

Es unión de cultura.

Es una casa museo y hay un vínculo increíble y una magia constante. Todo esto se nota en el ambiente que es precioso y respetuoso.

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