Hace seis años que Andrea Fajardo, de 25 y natural de Las Palmas de Gran Canaria, se dedica profesionalmente a dejar guapos a los más pequeños de la Isla. Con paciencia, dedicación, amor por lo que hace y sus tijeras, que siempre la acompañan, no sólo corta el pelo o peina a los niños que se ponen entre sus manos, sino que los cuida y mima por la pasión tan grande que siente hacia su profesión. Tiene claro que lo que hace le fascina y, después de varios años trabajando en el sector, ha decidido invertir su dinero ahorrado para cumplir su sueño de tener su propia peluquería infantil. Un nuevo comienzo llegó a su vida hace dos meses, a la vez que Telde la recibía con los brazos abiertos y con pequeñas cabezas listas.
Sillones que son cochecitos, dibujos animados en una pantalla de televisión, sala de juegos con todo lo necesario para entretener, mesas y sillas para pintar, un lavadero de cabeza adaptado que lleva hasta el fondo del mar, globos, colores en cada pared o artículo y corazón puesto en cada una de las decisiones tomadas. Desde los peces pintados en la pared, hasta las tablets para entretenerlos en la aventura de cortarse el pelo o los regalos asegurados al finalizar, todo ha sido pensado por esta joven emprendedora que en cada movimiento que ejecuta deja restos de ilusión por lo que hace.
"Hay complementos, champú infantil, juguetes para que les sea más fácil a ellos y a los padres, sala para cambiar a los bebés y hasta pelufiestas", cuenta con orgullo mientras señala el estante de diademas con coronas, lazos de todos los tamaños, extensiones para el pelo de Frozen o spray de colores para los más atrevidos. Así, diseñadas por ella también, saca tarjetas que invitan a disfrutar de una fiesta diferente en su local. "Pueden ser de princesas con peinados de cuento de hadas, de superhéroes con el maquillaje de los personajes, de amistad para decorar uñas junto a las mejores amigas o fiesta cool con tirabuzones de por medio", comenta a la vez que recuerda que el que venga por primera vez a la peluquería puede llevarse una invitación para un amigo, lo que supondrá descuento en su próxima visita, sin duda, cargada de sorpresas.
"También tenemos diplomas para los bebés que se cortan por primera vez el pelo, se los imprimimos con su foto, la fecha, el nombre y el espacio para que peguen su primer mechoncito", añade, y asegura que ya está preparando los detalles para la decoración de Halloween y Navidad. "Tengo que luchar por esto, porque ahora es lo único que tengo y quiero", afirma. Como la quieren muchos de sus antiguos clientes, que no han dudado en desplazarse desde la capital para que sus hijos sigan en sus manos. "Vienen de allí y hay muchos de Telde que ya no tienen que moverse", determina.
Bienvenida a Telde
Eligió Telde porque se trata de un servicio "que hace falta en la localidad y porque quiero apoyar al municipio y que los pequeños negocios de la zona salgan adelante". Desde que llegó, el pasado 18 de julio, ha recibido detalles de bienvenida y una gran acogida. Explica que los comienzos están yendo "mejor de lo esperado" y que la clave está "en hacer lo que te gusta".
"Los padres están tranquilos porque empleo mi tiempo en que los niños no lo pasen mal y para mí es una satisfacción que entren llorando y, al final, no quieran levantarse del cochecito", dice Fajardo mientras sonríe orgullosa por todos los comentarios positivos que decoran las redes sociales de su negocio, creado sobre una base de amor al arte, confianza y mucho mimo.
