La iglesia se San Francisco se convirtió ayer por la noche en un templo aún más sagrado. Con el presidente del Cabildo, Antonio Morales, encabezando la zona principal del inmueble y los cientos de asistentes con ganas de dar comienzo a las fiestas del barrio, la velada se tradujo en un intercambio de miradas cómplices que viajaban hasta el pasado más lejano de Telde. A pesar del retraso del pregonero y la inquietud y aparente molestia de los vecinos, el acto transcurrió de manera amena y agradable.
Tras mostrar su satisfacción por participar en la inauguración de las fiestas de uno de los barrios más antiguos de Gran Canaria, Morales comenzó su discurso sobre las maravillas que San Francisco regala y siempre ha ofrecido. De esta manera, asegura que la contribución de los teldenses "ha sido decisiva para ser lo que hoy somos", haciendo referencia al conjunto de la Isla. Además, apunta que venir a Telde "es volver a los orígenes y confiar en que tenemos futuro".
Poco a poco, con su tono de voz característico, llevó de viaje al público por las calles del barrio. Pasando desde las vías menos transitadas hasta sus plazas, yacimientos e incluso sombras, definiéndolo como el lugar perfecto "para recuperar el ánimo y la buena dirección que imprime lo auténtico, lo equilibrado y lo original".
Exprime cada palabra y habla de recuerdos capaces de estremecer, y sentimientos sólo posibles en un espacio con tanta magia como ese. Un lugar de "gente sencilla" y del que han salido grandes profesionales capaces de dejar al municipio en un alto nivel en todos los sectores existentes, "que, siendo juristas, investigadores, agricultoras, poetas, científicos, educadoras, ingenieros, dirigentes sindicales, narradoras, pintores, empresarios emprendedores, comerciantes, hasta una lista interminable, ha sido decisivo para ser y sentirnos lo que hoy somos".
Relata con orgullo su papel en las fiestas de este año y considera hacer un buen uso de su labor si consigue que, con su pregón, foráneos de todos los puntos de la Isla se desplacen a San Francisco para gozar, hasta el 6 de octubre, de un jolgorio preparado con todo el cariño del mundo por sus vecinos. Asegura que volver siempre es un privilegio porque, citando a Montiano Placeres, recuerda que "hasta los pobres nos sentimos ricos en este barrio".
Incide en el pasado como mezcla perfecta para que hoy se pueda disfrutar de lo existente, pero no olvida un futuro que espera sea positivo a través de la conservación y difusión del patrimonio cultural. "Queremos que nuestros hijos y nietos sientan lo que nosotros al callejear por estos rincones", añade, sin olvidar la magia de la denominación de las vías que lo forman. "Solo los nombres de las calles nos trasladan a otro tiempo en el que no ha entrado el vendaval digital. Cada una de ellas puede ser título de una obra a la vez literaria o musical", se expresa.
Recalca, también, el esfuerzo tanto por parte del Cabildo como por parte del Ayuntamiento de Telde para apostar por una nueva sociedad y mejorar cada punto débil del municipio. Además, recuerda que las fiestas pueden ser una buena forma de coger fuerzas para dar todo por la localidad, y hace hincapié en el apoyo de la institución que preside para hacer que la ciudad teldense crezca cada día.
Mientras nombra a diferentes poetas y sus escritos y los relaciona con cada espacio de San Francisco, presume de la fiesta canaria como un "rompimiento o ruptura de la monotonía cotidiana que termina por agobiarnos. En la fiesta, el canario abre su espíritu al esparcimiento y la recreación, rompemos la tiranía del trabajo para encontrar el disfrute del tiempo que el trabajo esclavizante nos roba".
Con sus mejores deseos da por comenzadas las fiestas del emblemático barrio teldense y, tras finalizar con aplausos de por medio, la plaza ya estaba preparada para recibir a la Banda Municipal de Música de Telde junto al grupo Araguaney, que llenaron cada rincón de música y emoción.
Para poner broche de oro al acontecimiento, la banda No Problem deleitó con su concierto de blues y rock. Sin duda, un comienzo inolvidable de sonrisas, bailes, diversión y preparación para lo que está a punto de llegar.
