La Provincia - Diario de Las Palmas

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"Hoy come todo el pueblo aquí"

Las tres paellas y la sangría elaboradas por vecinos del Valle de los Nueve por la festividad del barrio congregaron a más de medio millar de comensales junto al salón parroquial

"Con esta paella y la sangría aquí comen hoy todos los vecinos de Valle de los Nueve Alto y los allegados", sentenciaba ayer Juan Martel, concejal de Festejos del Ayuntamiento de Telde, mientras observaba cómo en el salón parroquial Víctor Manuel se ejercitaba en uno de los tres paelleros donde se cocía el arroz y el resto de ingredientes. En otra estancia, los hermanos Ildefonso y Manuel Benítez se afanaban en la preparación de la sangría, una labor que les viene de familia y que continúan con la tradición iniciada por su padre.

Los tres vecinos de este barrio de las medianías teldenses aportaban así, con su saber y esfuerzo, su contribución al buen desarrollo de las fiestas en honor a la Virgen del Pilar, que ayer celebraba su día principal y que se repartió en varios escenarios del barrio para confluir al final en el local de la parroquia. Pero eso sería después de las dos de la tarde, cuando los asistentes pudieron disfrutar de un surtido plato de paella y un vaso de sangría.

Aunque la oferta gastronómica era muy atractiva, este pequeño pago de origen agrícola también honró a su patrona con su tradicional feria de ganado -más de 40 años la contemplan-, donde el orgullo de los propietarios de vacas, cabras, burros o caballos por sus animales se entremezcló con la curiosidad de la chiquillería. Algo más alejada y cerca de la plaza se organizó una muestra canina con ejemplares de varias de las razas existentes en el Archipiélago. En una línea más recoleta, la plaza de la ermita volvió a convertirse en el escenario de la misa previa a la posterior procesión de las imágenes por las calles del barrio, la entrega de los trofeos a los ganadores en las distintas categorías en la feria de ganado durante el desfile de los animales ante las tallas de la Virgen del Pilar y San Hermenegildo. El oficiante fue el párroco de Ejido, José Antonio Socorro, aunque entre el público se encontraban los de Lomo Magullo y San Juan, Fernando Báez y José María Cabrera, respectivamente.

La jornada transcurrió con una temperatura que fue en ascenso a medida que avanzaba el día, pero no restó ni participación ni entusiasmo a los actos celebrados.

Así, desde primera hora de la mañana empezaron a llegar los animales que participaban en la feria de ganado, donde una veterinaria los observaba para luego decidir si eran merecedores de un galardón. Vacas, toros, novillos, terneras, cabras, machos cabríos, burros o caballos se sometieron a la inspección mientras eran observados por un público cada vez más numeroso que se acercaba al terreno donde se encontraban los ejemplares, separados en distintas categorías. David Rodríguez González, coordinador de la feria, apuntaba la puntuación obtenida y luego daba los dueños las bandas de los puestos logrados. Más que una competición al uso, la feria es el exponente del pasado agrícola y ganadero que Valle de los Nueve muestra con orgullo y deseo de continuidad durante más años.

Dolores Hernández Martel, una ganadera de Los Llanetes, en Valsequillo, era la única mujer que presentaba reses -obtuvo primeros premios al mejor novillo y ternera y un segundo a la mejor vaca- y de las pocas que mantienen esta actividad. También se dedica a la agricultura y tiene puestos en el mercado de Telde de frutas, verduras y quesos.

Loli Hernández asegura que le gusta el trabajo que realiza, prefiere estar en su finca y con sus animales que en fiestas. "Esto es un trabajo de 365 días al año y con muchas horas de dedicación, pero lo llevo en la sangre, soy la tercera generación de mujeres de mi familia que se dedica a esto y espero que continúe la tradición". No para grandes lujos, alega, "pero sí para comer, para vivir medianamente bien de esto".

Con un rebaño de 300 cabras, 12 cabezas de ganado bovino y ovejas, esta ganadera tiene en estas reses su base para la elaboración de su queso, comercializado con la marca Hoya León en su puesto del mercado de abastos teldense.

Cerca de la plaza del barrio, la exposición canina reunió también a interesados en conocer los ejemplares que se presentaban en las fiestas. Podencos, perros presa canario, lobo herreño, pastor garafeño, entre otros, eran observados con curiosidad y respecto por los asistentes. La apariencia de algunos de estos perros era imponente, pese a que su mansedumbre era la tónica de sus deambular.

Atados y soportando la mayoría el calor hasta que la organización decidió colocarlos bajo una carpa, el cuadro que presentaban era el de la variedad de razas que existe en el Archipiélago y que se pretende salvaguardar.

El colofón de la fiesta, después de la paella popular y la sangría, fue la celebración de la verbena del solajero, que pese al calor no desanimó a nadie.

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