La música los ha unido. Juan Antonio Sanabria y Alberto Manzanares se conocieron en el Conservatorio de Las Palmas cuando uno estudiaba para sacarse la licenciatura como pedagogo de canto y otro como pedagogo de piano. Así, coincidían en algunas asignaturas comunes, tal y como coincidieron en su amor por lo que en la actualidad siguen haciendo. Recuerdan cuando eran estudiantes y venían al municipio teldense a emocionarse con conciertos como el que hoy darán en San Francisco. "Que ahora estemos desde el otro lado de la ermita es maravilloso", aseguran.
Ya no son parte de un público dispuesto a dejarse las manos en el intento de hacer llegar a los artistas, sobre escenarios en Telde, el agradecimiento por su música con aplausos. Ahora son ellos los que se suben al atril para deleitar a los asistentes. Les parece increíble porque, como Sanabria garantiza, "esta oportunidad es, tanto para mí como para Alberto, un acontecimiento importante no solo a nivel personal, sino también profesional".
"Somos amigos y será la prima vez que los dos juntos demos un recital de estas características y, sobre todo y más importante, en nuestra tierra", explican con toda la ilusión del mundo. Hacen memoria y recuerdan cuando venían a Telde a disfrutar de la calidad musical y cultural que regalaba. "Aquí hay una trayectoria muy buena, en especial de este tipo de conciertos que se hacen desde hace años y donde participaban cantantes muy famosos que, sin ser aquí, sólo podíamos escuchar por cd", relata el tenor, con ojos brillantes, que lleva fuera de la Isla cuatro años.
"Tenemos un mismo grupo de amigos en el mundo de la música y siempre que vengo estamos con las ganas de hacer aquí cosas juntos, así que nos sentimos muy felices de dar un espectáculo tan importante y en este marco tan bonito que es Telde", añade, contento con el trabajo que tienen preparado para evitar dejar indiferentes durante la tarde hoy en la ermita del barrio de San Francisco.
Explican que, para ello, han elegido un programa "donde el hilo conductor es el amor y el desamor". De esta manera, a través de textos y pasando por diferentes épocas "desde la barroca hasta el romanticismo", prevén poner vellos de punta entre un público que, aseguran, "saldrá emocionado". Así, el recital estará divido en dos partes fundamentales, donde la primera estará dedicada a compositores italianos "como Scarlatti o, un poco más centrados en el romanticismo temprano, Rossini". Además, en este mismo apartado, interpretarán un repertorio "muy conocido" de canciones napolitanas "que contienen textos y música realmente impresionantes", determinan.
Por otro lado, la segunda parte estará fundamentada en músicos franceses. "Será lo mismo que la anterior, pero aquí solo abarcamos la época romántica", afirman, a la vez que aseguran que interpretarán temas "que se suelen hacer muy poco". Sin duda, una forma de sorprender y arriesgar para poner broche de oro a una actuación preparada con el corazón.
Cinco meses son los que llevan los artistas organizando esta aparición en Telde. "Es un proceso largo y lo primero y más difícil es escoger el tipo del programa a presentar según el público". Además, cuentan con el handicap de que Sanabria vive en Madrid y esta primera fase de preparación del recital, con la consecuente elección de las piezas, se ha llevado a cabo a través de diversas redes sociales. Así, el tenor llegó a principios de esta semana a la Isla y, desde entonces, no han dejado de ensayar, realizando ayer la última prueba acústica en la iglesia que se convertirá en el entramado que abrazará la voz de uno y la melodía desde el piano del otro.
Se muestran entusiasmados y agradecidos con este trabajo que les permitirá conectar con teldenses y foráneos con ganas de sentirlos. "No hay nada más gratificante que, al acabar, ver a un público satisfecho, porque esto es lo que hace que todo lo malo que pueda tener esta profesión valga la pena", asegura Sanabria. Convencido de que un buen cantante "nace y se hace", señala que aprovecha cada oportunidad que se le presenta en la música "con emoción, compromiso y sacrificio".
"En el primer día de ensayo logramos ponernos el vello de punta entre nosotros, y esperamos ponérselo a la gente también", terminan los artistas con ganas de soltar kilos de calidad y cariño sobre el escenario.
