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Entrevista a Santiago de Luxán Meléndez

"La exportación de plátanos se impuso a la caída del comercio azucarero"

"El ron se convirtió en una actividad muy importante, y con él se consigue la entrada en el mercado europeo", cuenta el doctor en Historia y profesor de la ULPGC

Santiago de Luxán, ayer, antes de su ponencia en la Casa Museo León y Castillo de Telde. JOSÉ CARLOS GUERRA

¿Cómo fue la charla?

En ella explico el intento de implantación de la caña de azúcar y sus derivados a partir de la segunda mitad del siglo XIX, desde los puertos francos de 1852 hasta la primera guerra mundial. Además, abrir una ventana a las consecuencias que tuvo ese proceso en la economía y la sociedad canaria del siglo XX y XXI, con un derivado de la caña que se impone en la segunda mitad del siglo XX que es el ron.

¿Qué ocurrió en el siglo XIX?

Insisto, en primer lugar, en si existen empresarios capaces en Canarias de implantar un procesos para salir de la crisis que estaban viviendo en torno a 1870 y 1880, mediante una experiencia industrializadora. El intento de una alternativa a una economía que hasta entonces había sido exportadora de productos agrarios, como el azúcar, el vino y la cochinilla.

¿Cómo influyen en las Islas con la caña de azúcar?

Crean dos o tres fábricas muy potentes, sobre todo la de San Pedro, que requiere una inversión de capital fijo importante. Tiene circunstancias favorables ya que, debido al marco institucional de la ley de puertos francos, el carbón entra barato a Canarias y se puede hacer una fábrica con máquinas de vapor. Entonces, va a producir azúcar de manera muy importante en un momento en el que las circunstancias parecen que pueden ser favorables, porque la Península estaba abastecida por azúcar de Cuba pero cuando esta entra en conflicto bélico por la independencia el producto se va casi en su totalidad a Estado Unidos, y el mercado azucarero para Península se abre en el Archipiélago.

Una oportunidad de oro.

A finales del siglo XIX, ven en el azúcar, el tabaco, la construcción del puerto y la actividad pesquera la oportunidad de diversificar la economía canaria. Esto es lo que intentan, dando un impulso, sobre todo, a la industria de transformación del sector que hoy llamamos el de alimentación. Con la unión de esto, hay capital canario pero lo que triunfa, al final, por las circunstancias de mercado, son otras opciones diferentes en las que se ve más involucrado el capital británico.

¿La exportación de plátanos?

Exacto. Alternativas como la exportación de plátanos y tomates, que serán los cultivos que se imponen a este impulso azucarero que no va a triunfar. Por un lado, porque en la Península se empieza a producir azúcar de remolacha que será dominante y, por otro, porque los propios puertos francos van a considerar a el azúcar canario como extranjero en el mercado nacional.

¿Qué pasó con el ron?

En la posguerra se ve favorable la producción de ron, porque al principio no necesita una inversión de capital excesiva. Aún así, son pequeñas industrias las que se encargan de producir tanto este producto como aguardiente o licores que tengan que ver con el plátano. Así, se ve como una herencia directa de la producción de azúcar anterior, porque hay que darle importancia a que la trayectoria histórica tiene una gran influencia. El ron se convirtió en una actividad muy importante, y con él se tienen ventajas como las conseguidas en 1972 con el régimen económico y fiscal, lo que supone la entrada en el mercado europeo y tener un cierto nivel de protección en el mercado canario frente a las grandes industrias mundiales de ron. Así, nacen industrias importantes como Ron Arehucas.

Se trata de un negocio que se ha mantenido.

Hay que conectar el ciclo azucarero con el de aguardiente de caña y el ron. Se trata de un tercer ciclo que hoy está vivo, así como el tabaco nos ha abandonado, el ron sigue vigente. Siempre digo de broma que, dentro de la cultura canaria, en Gran Canaria hay cuatro elementos fundamentales: la UD Las Palmas, el agua de Firgas, el ron Arehucas y cerveza Tropical.

En Canarias siempre ha estado latente la búsqueda de alternativas comerciales.

Con la segunda revolución industrial, que trae imperativos tecnológicos importantes, se lleva a cabo el desarrollo de la industria química que trae consigo el impulso de los colorantes artificiales, que van a ser mucho más interesantes para la industria textil que la cochinilla canaria, por lo que se forma la crisis de esta. Ante la situación, se podía hacer lo de siempre, que es continuar con la agricultura para el consumo interno con cereales o frutas y expulsar población, que se hizo durante la primera mitad del siglo XIX y se hace ahora en el último tercio.

¿Se hizo lo de siempre?

La sociedad canaria tenía entonces una élite más culta y se buscan otras alternativas. Así, ven el tabaco como opción, que tuvo cierto éxito, o la copia a Madeira para producir derivados de la caña de azúcar.

¿Funcionaron?

Estas alternativas tuvieron el problema de que se hicieron en un momento en el que la economía mundial era más proteccionista, y un pequeño enclave como el de Canarias con un núcleo de empresarios modesto tiene dificultades. Así, cuando llega el capital inglés se ve que es más rentable el plátano y se siguen las pautas del empresario británico, por lo que subimos en altura el azúcar y nos lanzamos a plantar plátano. Además, aprovechamos el viaje de retorno del carbón y las bodegas vuelven con plátanos, lo que tiene un gran éxito, y nos iniciamos en una economía de servicio con el pueblo y en el turismo sanitario.

¿Cómo se presenta hoy el comercio de derivados de la caña?

Se ha producido un proceso de concentración de la industria del ron en Canarias. Creo que tendría que mostrarse que estamos haciendo un producto con caña canaria y con una elaboración específica de las Islas, lo que se traduce en un ron de gran valor tradicional. Considero que es la salida que debería tener, mostrándose con gran calidad e introduciéndose en mercados externos, y creo que es la idea que tienen desde la destilería de Ron Arehucas, que están penetrando en varios mercados, con una presencia importante en la Península.

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