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San Gregorio homenajea al gofio

Gonzalo Suárez, administrador del centenario Molino de Fuego, será el pregonero de las fiestas del barrio comercial

Gonzalo Suárez Sánchez, en las instalaciones del Molino de Fuego, ayer. JOSÉ CARLOS GUERRA

El barrio comercial por excelencia de Telde rinde un homenaje a la industria del gofio con la elección de Gonzalo Suárez Sánchez, integrante de una saga de empresarios del sector que se remonta al ya lejano 1903, cuando sus bisabuelos abrieron el Molino de Fuego. Una placa en la fachada recuerda esa efeméride, además del nombre de una calle contigua a la empresa. Además, desde hace tres años su nombre y actividad figuran en la Carta Etnográfica de Gran Canaria elaborada por el Cabildo.

Suárez Sánchez mostró ayer su agradecimiento por la elección como pregonero, que no esperaba, pero que entiende como un reconocimiento hacia la labor realizada por sus ancestros en la ciudad y que recordará en su intervención el próximo 11 de noviembre en la plaza del barrio comercial. Representante de la cuarta generación en el negocio familiar y con una quinta ya asegurada, Gonzalo Suárez recuerda los inicios de la industria, cuando sus bisabuelos fundaron el Molino de Fuego el 3 de enero de 1903 según los datos oficiales, pero no se descarta que sea anterior a esa fecha.

"Ellos tuvieron que hipotecar varias viviendas en el Puerto por unas 20.000 y pico pesetas para venirse aquí, a un edificio ya viejo y arrancaron en un momento muy bueno, que les dio soltura, fue aceptado muy pronto por la gente y la venta fue muy buena. Esto duró unos 40 años, tiempo en que nacieron mis tíos abuelos, se hace dinero y se reinvierte todo aquí. Cuando mi abuelo hereda su parte empieza a comprar el resto para quedarse con el molino y fue el precursor de que esto fuera una unidad familiar, aunque lo montara mi bisabuelo. Mi tío Pepe hace inversiones en maquinaria moderna, pero respetando la tradición clásica. Esto estaba movido por máquinas vapor, de ahí el nombre de Molino de Fuego, por el humo que soltaba y durante muchísimos años hay inversiones continuas", explica Gonzalo Suárez mientras muestra las instalaciones del recinto.

La evolución del negocio se ha visto afectada por varios factores, alega Suárez Sánchez, entre ellos los cambios en los hábitos de consumo al haber más variedad de alimentos que elegir frente a los escasos de hace décadas. "En los años 40 y pico Telde tenía menos de la mitad de la población que ahora, pero funcionaban 11 molinos por la grande demanda que había del producto. Incluso, todos ellos no daban para abastecer a la población de Telde y sus barrios. Da pena ver ahora que con 102.000 habitantes solo estemos nosotros y que nuestra principal salida sea la venta al exterior -costa africana, islas orientales canarias y zonas de la Península donde vivan canarios y haya pescado fresco- o la restauración, donde el gofio escaldado es un plato muy demandado".

No obstante, el futuro está garantizado y el único pero, asegura Gonzalo Suárez, es que no se forma a nuevos profesionales en este sector y puede ser un hándicap para los próximo años. Por ello, aboga que desde las administraciones se realicen cursos para formar a nuevos trabajadores, ya que los que profesionales "no tenemos tiempo para enseñar y hacer nuestra labor a la vez".

El gofio de millo canario es la estrella en las preferecias de sus clientes, de todas las edades, aunque también trata el millo argentino y francés. De todo esto y más impregnará su pregón el próximmo 11 de noviembre.

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