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Alquitrán descolorido en El Goro

Los vecinos reclaman al Ayuntamiento obras de asfaltado en un barrio que vio en 2003 por última vez la máquina china

La calzada de las calles de El Goro, con nombres tan imponentes como Julio César, Hipócrates o Sócrates, no hace honor a tanta celebridad. Con un alquitrán descolorido, que seguro que fue negro como el tizón en el año 2003, el paseo realizado por Carmen Hernández, alcaldesa de Telde, acompañada por los ediles Eloy Santana, Diego Ojeda, Juan Martel y Gloria Cabrera fue un continuo sortear los baches, la arena rasposa que cubre varias vías y observar cómo se puede tener una puerta en el aire, como si de una casa colgante de Cuenca se tratase.

Este extraño hecho, digno del mejor programa esotérico y de misterio, tiene una fácil explicación. Era la puerta por donde se salía del campo de fútbol, pero cosas del Ayuntamiento, se retiró la base y ahora parece una pegatina en el muro de la cancha deportiva que, por cierto, sus redes tiene tantos agujeros que es difícil no echar el balón fuera...

Las aceras, según expusieron los residentes al grupo de gobierno, tampoco están muy finas. Rotas, algunas interrumpidas por contenedores de basura sobre ellas, que impiden el paso a los transeúntes, necesitan una urgente reparación e incluso reposición para garantizar la seguridad en las calles. Y, además para garantizar esa tranquilidad, los vecinos reclaman también que se cambien las luminarias, "ya que cuando caen cuatro gotas, se apagan", apunta Jorge López Tudisco, miembro del colectivo vecinal.

La limpieza es otra de las grandes preocupaciones expresadas por López y otros residentes de El Goro, como Gemma López Ojeda, de la asociación Las Jardineras; Yaiza Calderín, también del colectivo vecinal, Teresa Ojeda, del patronato de fiestas o José Bolaños, secretario de la AMPA del colegio. "Aquí hay pulgas, cucarañas, ratas y hormigas en abundancia y solicitamos que se realicen la fumigación y la poda de los árboles y plantas que atraen a tanto insecto", alega el representante vecina ante el.

Tampoco se olvidan de la plaza, con una zona de juegos infantiles que causa pavor por su mal estado y la opinión era ayer unánime: "Aquí no traigo yo a ningún niño a jugar". Decisión que viene justificada, además, por la presencia de vecinos que entran con sus perros en este espacio público u otros que juegan a la pelota allí. Una plaza sucia, "con meado de perros que parecen una escorrentía, basura por todos lados", comenta un vecino del barrio antes de que llegara el séquito municipal.

El colegio también es motivo de preocupación y mucha. Desde la señal antigua del paso de vehículos que no refleja el actual horario, la falta de un policía que esté cuando se abre el centro para vigilar por la seguridad de los menores son peticiones realizadas por los residentes a la alcaldesa. El mal acceso a Internet, a la carretera principal hacia la capital grancanaria o las paradas del transporte urbano fueron asuntos que también se expusieron y que Carmen Hernández se comprometió a resolver. La alcaldesa señaló que tendrá prioridad todos aquellos problemas que supongan un riesgo para la integridad de los vecinos.

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