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"Ser de Jinámar merece respeto"

Antonio Morales alaba en su pregón al barrio, que "ha engrandecido el prestigio que Telde tiene entre nosotros"

"Ser de Jinámar merece respeto"

Las fiestas de la Inmaculada Concepcióny la Caña Dulce se iniciaron anoche con una intervención donde el aprecio, el reconocimiento e incluso la admiración por Jinámar fueron las sensaciones transmitidas por Antonio Morales, pregonero de esta edición. El presidente del Cabildo de Gran Canaria recurrió no solo a la historia de este barrio, del que aseguró "ha engrandecido el prestigio que Telde tiene entre nosotros y ser de Jinámar merece respeto", sino a textos de historiadores, prensa e incluso a la música con la letra de Buscando la Luz de Efecto Pasillo, cuyo cantante, Iván Torres, es jinamero.

Además, animó a toda la Isla a participar en ellas recordando su gran acogida entre la población; "Sé que hubo tiempos en que la afluencia de visitantes a la fiesta de la Concepción y de la Caña Dulce era comparable a la de Teror y que las autoridades del momento intentaron rebajar el entusiasmo para que no se desluciera aquella".

Con la iglesia de la Inmaculada Concepción abarrotada, Morales hizo de su pregón un homenaje a un núcleo residencial a cuyas fiestas cuentan con una tradición quese remonta a principios del siglo XVI. "Me gustaría contribuir como presidente del Cabildo de Gran Canaria", señaló, "a difundir en los 21 municipios de la Isla el mensaje que ustedes me han transmitido. Jinámar está de fiestas y dispuesta a acoger a todos los conciudadanos que busquen alegría, hermandad, tradiciones, cultura..." Después de pregón, la Banda Municipal de Música de Telde y la Parranda Araguaney ofrecieron en la plaza, su espectáculo Fusión, que puso la nota musical a la jornada inaugural.

No se limitó a mirar al pasado, sino también al presente y futuro del lugar que, superada su una etapa de desarraigo por la construcción de las fases del Valle hace tres décadas, las nuevas generaciones "son gente joven que tiene fuerza y determinación para arrimar el hombro a su barrio". Y salió en su defensa al asegurar que el orgullo de ser jinamero se ha ido fraguando en estos últimos 30 años, cuando los hijos han nacido en un barrio distinto al que lo hicieron sus padres. Admitió, además, que hubo luces y sombras en este periodo, con mala planificación por errores institucionales y apeló a la prudencia cuando se habla de Jinámar, ya que, afirmó, "se hace mucho daño cuando se utilizan expresiones o informaciones en las que se incide más en las noticias negativas o se difunde solo los conflictos y no las experiencias en comunidad, las fiestas, la alegría de lo cotidiano"

El pregonero indicó que en estas fechas todos los caminos conducen a Jinámar y gracias a los esfuerzos de los vecinos se ha preparado un programa de actos "que sirve de encuentro entre la gente del barrio y los que vienen del resto de la Isla, entre los jinameros que siguen viviendo aquí y los que regresan par celebrar estas fiestas". Con ellas, como admitió Morales, "en la celebración de la caña dulce celebramos el reconocimiento a un cultivo que fue protagonista de la economía canaria en los años inmediatos a la conquista. Y en el fondo es un canto a recordar nuestro pasado, a mantenerlo vivo a confirmar que forma parte de nosotros aunque hayan transcurridos siglos desde su esplendor".

Los festejos han cumplido perfectamente el papel de identidad como comunidad y se comprueba desde siempre, argumentó el presidente grancanario, pero recalcó que no solo deben ceñirse su celebración a los actos populares, ya que también tiene su importante componente religioso. "La Concepción de la Virgen y la caña de azúcar son los dos protagonistas de la fiesta y los dos tiene que ver con una personalidad de la historia de Telde: Cristóbal García del Castillo, un andaluz de Huelva, de Moguer, el mismo pueblo del poeta Juan Ramón Jiménez", recordó Morales, quien destacó que con él se implantaron los primeros ingenios de azúcar y otros cultivos en el municipio, pero también mandó a construir la ermita para la Virgen de la Inmaculada Concepción. Las fiestas, instauradas hace 511 años por el obispo Muro, señaló el pregonero, combinó la tradición con la diversión. "Por eso se cree que no es casual que se buscara una celebración vinculada a la primera semana de diciembre, la época de la recolección de caña y de las sabrosas, famosas y deseadas naranjas de Telde", explicó.

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