José y María, padres de las tres menores de Jinámar que se encontraban sin inscripción de nacimiento, sin seguro médico y sin escolarizar, reconocieron ayer su responsabilidad en el caso pero pidieron comprensión a las autoridades, ya que según ellos todo se debió "al miedo de que nos separaran de ellas" derivado de la información ofrecida años atrás por un funcionario del Registro Civil.

Los padres explicaron en declaraciones a Televisión Española que cuando nació su hija primogénita el 15 de marzo de 2006 no procedieron a realizar su inscripción inmediata por motivos laborales. El padre se encontraba trabajando en esos momentos y no acudió a tramitar el asiento de la recién nacida hasta que se pudo tomar unas vacaciones. Fue entonces cuando el responsable de las inscripciones les advirtió de que si volvía a suceder una situación así corrían el peligro de perder la custodia.

Cuando nació su segunda hija, hace ahora ocho años, se encontraron en la misma situación, por lo que aseguran que cuando por fin dispusieron de tiempo para acudir al registro les venció el pánico y optaron por no formalizar su nacimiento. Lo mismo sucedió con la tercera, que tiene siete años, y con la cuarta, nacida hace uno.

"Es que ningún padre quiere que lo separen de sus hijos, eso es lo que nos ha sucedido", aseguraba ayer José tratando de contener la emoción en compañía de su mujer. Desde entonces, ninguna de las tres pequeñas ha asistido al colegio y tampoco han podido acceder a la tarjeta sanitaria, aunque sus padres niegan haberlas mantenido encerradas en su vivienda y afirman que han tratado de darles en cada momento todos los cuidados posibles. "Reuníamos el dinero para sacarlas de vacaciones, somos padres y queremos lo mejor para nuestros hijos como cualquier padre del mundo", relató José.

Este extremo fue confirmado a este periódico durante los últi-mos días por los vecinos de la familia. Sus conocidos les definieron como buena gente, tranqui- la y responsable para no descuidar la atención de sus hijas: "En su casa tiene más comida que yo y nadie podrá decir que tenía a las niñas mal atendidas, todo lo contrario, no les faltaba de nada", relató una vecina que comparte portal con ellos.

La madre reconoció ayer su responsabilidad por no haber formalizado la inscripción de las pequeñas y lamentó el sufrimiento por el que están teniendo que pasar a raíz de la intervención de la sección de menores de la Fiscalía Provincial de Las Palmas: "Cometimos un error, la peor barbaridad que se puede cometer y de hecho, si merecemos un castigo, que es verdad, estamos dispuestos a pagar por ello, pero es que ahora mismo lo estoy pagando con creces".

Separados desde hace unas semanas de tres de sus cinco hijos (sobre la primera sí mantienen la custodia y el menor, nacido de forma prematura días después de destaparse el caso, todavía se encuentra ingresado en el Hospital Materno Infantil) se mantienen gracias al subsidio de desempleo y a la ayuda que les proporciona el Banco de Alimentos. Para poder volver a estar de forma permanente con sus hijas deberán acreditar disponer de un empleo.