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Entrevista a Ibán Bermúdez Betancor

"El cáncer fue la oportunidad para sacar mi mejor versión y le doy las gracias"

"Cuando lo que dices, haces y piensas no va en la misma dirección, crear un terreno fértil para enfermedades", explica el escritor y técnico de sistemas de calidad en el Cabildo de Lanzarote

Ibán Bermúdez Betancor. LP / DLP

¿Cuándo se plantea escribir sobre su historia con el cáncer?

Fue gracias a mi amiga Pino Quintana, de Telde. Es seguidora del blog que me abrí cuando me diagnosticaron la enfermedad, para hablar sobre ella. Me dijo que tenía que escribir un libro y llegar a más gente con mi historia. En noviembre hizo un año que comencé y, doce meses después, ha salido.

Ha tenido gran acogida, ¿qué refleja en él?

Es un recopilatorio de este blog que estrené hace cuatro años, cuando me diagnosticaron cáncer. Entonces era un chico de 31 años y me dijeron que tenía la enfermedad, pero no supe de su gravedad hasta hace cuatro meses. Esto me ha llevado a pensar si es imprescindible que los médicos asusten con los diagnósticos o si es mejor que te digan lo que tienes sin asustar. Es necesario que te informen para que tomes responsabilidad y las riendas de tu vida, pero a mí me ocultaron la gravedad y fue bien.

¿Hasta qué punto era grave?

Era un linfoma de Hodgkin en estado cuatro avanzado con metástasis, pero yo sólo supe qué tipo de cáncer era. Salí del hospital y lo único que quería era vivir, y sé que en ese momento fue cuando abracé la vida, porque desde ese día todo empezó a cambiar. Pasé mucho tiempo en el hospital y comencé a ver más allá, me encontré con un médico que me transmitía esperanza y me hacía reír, enfermeras maravillosas, y se cruzó en mi camino José Antonio Manchado, un terapeuta de reiki o terapias alternativas.

¿Su primera vez con tratamientos complementarios?

Nunca había acudido a ellos y cuando me encontré con mi terapeuta por primera vez le conté mi historia y me dijo que el cáncer no es nada malo, sino una oportunidad que da la vida para sacar la mejor versión de uno mismo. Esto fue muy impactante, porque dejé de pensar que era algo malo para poder verlo desde otra posibilidad.

Y se agarró aún más a la vida.

Manchado me dijo que contra el cáncer no había que luchar sino que es un mensajero que te indica aquello que no está bien en ti para que cambies y sigas con tu vida aprendiendo a vivir de verdad. Por este motivo no me identifico cuando nombran a las asociaciones como entidades de ayuda contra el cáncer porque, aunque lo respeto, me gusta llamarlas asociaciones de apoyo a enfermos de cáncer.

Sus escritos contienen un gran mensaje para muchos.

Quiero transmitir que lo importante de todo esto no es el mensajero, que en este caso soy yo, sino el mensaje con el que invito a las personas a que vean la enfermedad desde otro punto de vista. Que no la reciban como un castigo, sino como una oportunidad. Tanto esta frase como las herramientas que se recogen en el libro fueron fundamentales en mi historia, así como que me dijeran que el día que agradeciera estar con la enfermedad, esta iba a desaparecer, porque indica que solo está ahí para ayudar.

¿Qué hizo entonces?

Empecé a mirar hacia adentro, a descubrir qué incoherencias había en mi vida e incluso en un momento agradecí estar con ella. De hecho, en los agradecimientos del libro doy gracias al cáncer por haber cambiado mi vida, por la existencia de un antes y un después en ella tras este diagnóstico.

¿Qué recopila en su obra?

Estuve siete meses con la enfermedad e inauguré el blog el 24 de septiembre para informar a la gente sobre cómo estaba, las sesiones de quimio y demás cuestiones que siempre me transmitían cuando yo había decidido vivir el presente. Hasta hoy sigo escribiendo, he seguido con él porque escribir ha sido muy terapéutico para mí, como una balsa salvavidas. Lo que hice con el libro fue recopilar mis textos del blog y añadir más material. Así, el primer capítulo explica el periodo en el que conviví con la enfermedad, viendo el cáncer como una oportunidad, y sigo con el resto de entradas agrupadas por temas variados y mi percepción sobre ellos.

El médico que seguía su caso, ¿apoyaba la terapia alternativa?

Al principio era muy reacio al reiki, pero el otro día me dijo que en cierta manera soy un ejemplo de supervivencia y que casos como el mío llevan a pensar que existe algo más allá de la medicina. A día de hoy siento que todo es emocional y estoy totalmente de acuerdo con las cuatro causas del cáncer que me han explicado: cuando vivimos por y para los demás, cuando estamos esperando a que los demás cambien, cuando justificamos nuestros actos y los de los demás con excusas, y una rabia profunda.

¿Antes vivía así?

Sí, y tras la enfermedad cambié, porque cuando lo que dices, piensas y haces no va en la misma dirección creas un terreno fértil para que se produzcan las enfermedades. Muchos nos quedamos estancados en una zona cómoda en la que nos acostumbramos a estar mal.

¿Es fácil adaptarse a ello?

Creemos que estamos felices, porque yo creía que lo estaba, pero lo real es que tenía un concepto erróneo de felicidad. Confundía lo que era el bien tener con el bienestar. Gracias a lo que me ha ocurrido he descubierto que se trata de ser libre y responsable para tomar decisiones y encausar tu vida.

Sanando mente y alma, ¿desaparecen antes las enfermedades?

Eso es lo que me dijeron y lo que experimenté, y a día de hoy estoy vivo y sano. Han pasado cuatro años y cuando me preguntan sobre qué es lo que me sanó, no digo que fue una cosa u otra, sino un cambio grande que experimenté.

Debe ser reconfortante sentir que ayuda a otros con su obra.

Alguien me dijo que el éxito de un libro no se mide por el número de copias que se vendan sino por el número de personas a las que le pueda cambiar la vida, por eso creo que el mío es un éxito. Mucha gente me agradece el mensaje, porque ven esperanza para afrontar cualquier situación negativa que le pueda suceder. Creo que todo lo que pasa en la vida quizás es lo mejor que te puede suceder.

¿Se siente diferente?

Antes pensaba que había cambiado, aunque no tanto, pero la gente de alrededor me transmite que notan un cambio brutal. En mi propia familia, mi prima le dijo a mi hermana que el cáncer me había venido muy bien, y ella le contestó que nos ha venido bien a todos. Creo que se han contagiado un poco con esta forma de vivir que llevo ahora.

¿En qué consiste?

Se trata de parar a reflexionar en los dos caminos que existen y elegir entre estar en paz o en conflicto y ver en cuál estamos. Si es paz, genial, y si es conflicto, buscar el por qué y solucionarlo. Al principio de todo me preguntaron si quería tener razón o salud, y tuve claro que la segunda. Con esto me di cuenta de que era una persona que quería imponer mi criterio y malgastaba mucha energía, así que empecé a cambiar, a salir de ciertas cosas, de lugares donde no me apetecía estar y a ser coherente haciendo lo que quiero hacer. Mi vida ha cambiado y ha sido un giro radical, por eso doy gracias al cáncer cada día.

¿Cómo era su vida antes?

Era un infierno, pero estaba tan acostumbrado que creía que era feliz, hasta que miré dentro. Empecé con estas acciones, me comencé a calmar y sané. En el libro recojo el testimonio de dos enfermeras y una de ellas, Jesabel Suárez, habla sobre la diferencia entre curación y sanación. Así, la primera es cuando depositas tu confianza en que algo externo como el tratamiento te sanará, y la segunda es cuando la depositas también en el interior. Ella dice que soy un ejemplo de que las dos se aunaron.

La palabra cáncer da miedo.

Soy consciente de que esa palabra es un tabú que asusta. Sé que la frase que puse en la portada puede producir rechazo, pero hay mucha gente a la que le llama la atención y quiere saber qué pasó. Es imposible contar mi historia sin dar gracias al cáncer, y quiero recalcar que me dejaron muy claro no tenía que luchar contra él, sino centrarme en mí, localizar mis miedos y luchar contra estos que me paralizaban, seguir, confiar y querer vivir.

¿Cuál es la mayor lección?

Una amiga siempre me dice que lo complicado es entender que es tan sencillo. Mi lección es que nos podemos morir en cualquier momento pero no somos conscientes de ello. Pensaba que me moriría cuando quisiera o fuera viejo, pero la vida se puede acabar ya y quiero disfrutarla, comérmela hasta el ultimo jugo. Lo que existe es el aquí y el ahora, a veces nos enredamos en cosas que son muy sencillas. Hay dos caminos: paz o conflicto.

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