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San Juan entre cócteles y shishas

Dos jóvenes de Telde emprenden en el barrio con un local de bebidas de creación propia y ocio con el instrumento de moda

La Pyramide es el nombre que Jonatan Santana y José Lacomba, dos jóvenes de Telde, han puesto al nuevo local de moda del barrio de San Juan. Ofreciendo ocio nocturno y variedad de cócteles de creación propia a la carta acompañados de shishas de todos los sabores, estos emprendedores han logrado conquistar a clientes teldenses que cada sábado y domingo hacen que se queden sin mesas disponibles y tengan que crear listas de espera para que, una vez quede hueco libre, puedan entrar a disfrutar de un ambiente amigable al aire libre o cubierto y un espacio de discoteca con Dj que pone el ritmo en el local que abrió sus puertas hace menos de dos meses. Así, San Juan no da crédito y goza entre cócteles diferentes y shishas que tanto se han puesto de moda.

El municipio teldense avanza, la juventud elige sus zonas para vivir y tanto este colectivo como el resto, incluido el turismo, lleva tiempo demandando más lugares de ocio nocturno donde salir a tomar algo o donde pegarse un baile con música comercial del momento. Telde no podía ser menos y era hora de que las shishas llegaran para evitar que una clientela considerable se desplazara a la capital en busca de un espacio similar.

Jonatan Santana, de 23 años, lo tuvo muy claro desde que su amigo José Lacomba, de 26, le propuso este proyecto que va viento en popa a toda vela. "Hacía falta un lugar de este tipo aquí, porque yo no conozco ninguno en el que haya el servicio de cachimbas y coctelería a la carta", explica el joven mientras asegura que vio una oportunidad perfecta para traer a la localidad lo que más le gusta hacer.

Con camisa blanca de vestir, pajarita, el bigote que lo caracteriza y ojos azules testigos de cada invento líquido que lleva acabo, garantiza que la hostelería es un mundo que conoce desde sus primeros años de vida, "porque mi padre siempre se ha dedicado a ello y desde pequeño, ayudándolo, he aprendido de él", fija con orgullo al recordar que su progenitor fue el propietario de uno de los negocios principales de catering en la ciudad.

Asimismo, hace aproximadamente dos años que Santana decidió introducirse en la aventura que supone dedicarse a la coctelería. Después de trabajar en varios locales de la capital grancanaria y prestar este servicio en los mismos, cree que esta oportunidad es perfecta para empezar a "currar para mí mismo". Sin miedos y con positividad, cogió el toro por los cuernos para asentarse en Telde, y parece que la decisión ha sido muy acertada. "Hemos tenido una gran aceptación, viene muchísima gente y siempre nos quedamos sin mesas libres", comenta.

"De todas partes y edades", señala Santana, son los clientes que se desplazan hasta La Pyramide para probar alguna de las bebidas o las shishas que ya se han convertido en un boca a boca. "Tenemos hasta clientes fijos que nos han conocido y se han quedado, como dos parejas que todas las semanas vienen desde Vecindario", agrega. Además, explica que la idea que tienen en mente tanto él como su compañero es "fidelizar clientes e incluso expandirnos por otros municipios si la cosa va bien".

Aunque actualmente disponen de 13 cócteles en carta, el inventor de las bebidas determina que quiere aumentar la cantidad ofrecida y que, por otro lado, "nos gustaría cambiar la carta cada seis meses para ofrecer constantemente novedad". De esta forma, se esfuerza para progresar en su pasión y su objetivo es "crear más personales e incluso hacer mi propio sirope o puré, entre otros productos", fija, a la vez que puntualiza que todos sus inventos los ejecuta con productos naturales y de calidad. "Poco a poco iremos creciendo", apunta.

Aunque Santana es el gerente y Lacomba el dueño del establecimiento, ambos se convirtieron en carpinteros o pintores para decorar el local a su antojo y darle el carácter más cercano posible a lo que buscaban. Además, una buena forma de abaratar gastos. Así, "casi todo está hecho de nuestra mano después de un mes y medio de obras", cuenta el coctelero mientras señala hacia las barras hechas con palés, y muestra el color de las paredes pensadas al detalle.

Luces azules, sillones de cuero, esfinges que ponen en situación y ese toque rústico característico de las casas antiguas del barrio que le dan aún más encanto al lugar. De esta forma, los clientes pueden elegir entre disfrutar al aire libre, en el interior o pedir un reservado en salas apartadas para más intimidad o alguna celebración. También acogen eventos de cualquier índole en sus instalaciones y proveen shishas a aquellos que las demanden de forma ajena al local, "con camareros que las preparan y las sirven done las llevamos".

Abiertos todos los días, con photocall en la entrada y yendo "despacio y con buena letra", afirma Santana, relata que el nombre del local se debe al lugar de procedencia de la herramienta para fumar que está siendo un éxito y que, junto a los cócteles únicos, diferencian su negocio del resto en el municipio. "Las cachimbas provienen de Egipto y nos pareció buena idea relacionarlo", explica con ilusión mientras los ojos del faraón que decora el espacio lo mira con buen presagio.

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