Moisés y Artenara son dos podencos de avanzada edad que nunca han conocido el cariño y el amor humano. Un día sirvieron para cazar de manera satisfactoria para sus dueños, pero una vez perdieron sus facultades -tal y como le fallan a un anciano conforme cumple años- decidieron que ya no servían y los echaron a la calle. Con la indefensa que caracteriza a los animales, tuvieron que buscarse la vida para no morir de hambre o debido a cualquier otro motivo al que se pueden ver expuestos a la intemperie. Aunque la historia es similar, lo cierto es que actualmente el macho ha tenido más suerte, ya que está en manos de Auri Saavedra, propietaria de Aurican en La Garita. Por su parte, la perrita embarazada deambula por el pueblo que lleva su nombre, donde la alimentan los vecinos. Aún así no se deja rescatar, ya que se ha hecho salvaje y teme a cualquier humano que se le acerque más de la cuenta. Saavedra quiere ayudar a más como ellos y pide colaboración para financiar una residencia en su finca donde tiene 21 perros propios y diez más acogidos.
La propietaria de la tienda para animales y también de una guardaría con lo que cubre todos los gastos que supone dar protección a los canes, se desvive por el bienestar de los mismos. Diariamente manda mensajes de concienciación por las redes sociales y se involucra activamente para alcanzar un abandono cero. Si bien su lucha es general, los afortunados en esta ocasión son los podencos, "porque cuando pasan de una edad los echan y porque suelen vivir en zulos, utilizándolos sólo para cazar y experimentando un contacto pésimo de la mano del hombre, lo que hace que después tengan miedo y reflejen susto e indiferencia como Moisés", señala Saavedra. "La idea es adaptar el terreno, poner tejado y ejecutar la separación de las jaulas, porque de la comida y la atención nos encargamos nosotros gracias a la colaboración de voluntarios que nos donan pienso o veterinarios que nos venden medicinas al costo", agrega. Asimismo, la nueva casa de los canes tendrá capacidad para unos 15, "es poca, pero se trata de la piedra para empezar", fija con satisfacción.
Aunque irá destinado a todos los de esta raza, "nos quedaremos con los que tengan más de diez años para que pasen su etapa geriátrica con dignidad, porque es más difícil que los adopten", cuenta mientras asegura que el resto irán a la asociación Salvar un podenco, donde se les acogerá hasta la adopción. De esta manera, la financiación de los materiales para la obra ronda los 3.500 euros, una cantidad que espera conseguir con la colaboración de la gente. "Ya hay quiénes están organizando espectáculos y otros eventos para recaudar fondos", relata.
Y es que todo se le revuelve por dentro cada vez que aparece una historia de cuatro patas sin nombre, como si no fuera nada. Auri se encarga de darles identidad, como a Artenara, "que lleva al menos cinco años pariendo en la calle y la verdad no sé como se ha mantenido con vida con la leche que no da a sus crías, ya que estas se las llevan", afirma. Aún así, aunque pinte oscuro, está segura de que lograrán cogerla para ponerla a salvo a su vera. Como Moisés, "que no sabía lo que es una familia, llegó en los huesos y cuando levantábamos la mano se agachaba con miedo", explica.
Otros proyectos
Otra meta que Saavedra se marcó recientemente fue la consecución de un ordenador para su tienda. "La idea es destinar su uso exclusivo a prestar un servicio a los que quieran adoptar un perro, de forma que, a través del aparato, podrán ver los que hay en distintas oenegés, ponerse en contacto y encontrar al que mejor se adapte a su familia", añade. Ha logrado su objetivo no sólo con uno sino con dos ordenadores que recibirá próximamente de forma altruista.
Auri anima, además, a participar en el periodo de propuestas para la reforma de la ley animal que ha abierto recientemente el Gobierno de Canarias, "porque hay mucho que hacer y, si no se habla, esto se va a quedar como está". Así, defiende la inclusión de los perros de caza en la protección, la prohibición de circos con animales en las Islas, el fin de las peleas de gallos, la regulación de cría y venta, y el control de las camadas para evitar el abandono. Apunta, también, que "la asistencia es necesaria, pero esto se puede evitar con educación y concienciación".
Tampoco se olvida de los cazadores y, aunque "no todos son iguales", pide "que esterilicen a sus perros, que los cuiden y que no estén en contra de la reforma necesaria para mejorar la calidad de vida animal". Existencias por las que batalla cada día y que valora con toda su alma.
