Nadia Brito heredó de su madre el amor por la pintura. Desde niña la acompañaba y recuerda cuando, una vez en casa, imitaba lo que había observado. En el 2002 comenzó a trabajar dando clases para el Ayuntamiento de Telde en un proyecto artístico de la Universidad Popular que fracasó y de donde se dio a conocer entre vecinos del municipio. Años más tarde decidió seguir compartiendo sus conocimientos entre los alumnos que ya conocía y otros nuevos a los que cogió desde cero. Desde entonces -y hasta la actualidad- va barrio por barrio enseñando pintura, el arte que se ha convertido en su forma de vida. Así, mañana -viernes 26 de mayo a las 20.00 horas- expondrá junto a sus aprendices las obras que han creado durante el curso en el Teatro Municipal Juan Ramón Jiménez.

Sobre todo paisajes, pero también algún que otro retrato, y a óleo, acuerela o cualquier otra técnica que han demandado aprender. Brito asegura que "todos han empezado de cero" y que se trata, en su mayoría, "de mujeres que vienen a las clases para emplear aquí su tiempo libre, aunque hay unos tres hombres también". De esta manera, "las he tenido desde los 11 hasta los 80 y pico años", señala con orgullo mientras se muestra feliz con los resultados obtenidos, porque las obras son dignas de admirar.

Si algo hace destacar a este grupo, es que se fusionará como tal mñana para la inauguración, ya que se trada de diferentes asociaciones de vecinos de Telde a las que la profesora acude con su coche durante la semana para llenar las salas de color. "Fue una pena que acabara el proyecto, yo tenía que seguir ganándome la vida y a la gente le gusta y vienen muy contentos, porque dejan sus problemas fuera, se meten dentro del cuadro y es muy terapéutico", agrega.

Además, Brito determina que "una gran parte es mayor que yo, vienen con una ilusión enorme y soy yo la que acabo aprendiendo de ellos". Asismimo, aunque viva en la capital, nada la frena a la hora de hacerse kilómetros cada día para manifestar y transmitir su amor al arte.