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Entrevista a Alejandro Pérez Bolaños

"Tenemos mucho miedo a morir, pero el único miedo debería ser a no vivir"

"Estuve en India trabajando con la madre Teresa y siempre me ha dolido ver sufrir a un niño, un anciano o un animal, por eso tenemos casa para niños, ancianos y una fundación de animales", recalca el escritor, conferenciante y fundador de la ONG Una Mano Amiga (UMA)

Alejandro Pérez Bolaños. SANTI BLANCO

Empresario, escritor, conferenciante, fundador de UMA. Una trayectoria personal y profesional muy prolífica la suya.

Fui el niño más buscado en Venezuela, per no por la policía [risas], sino por mis padres, ya que yo era el último cartucho para tener un varón en la familia. Siempre he vivido en mundos paralelos, en una dicotomía constante y con una sensación de que venía al mundo a hacer algo. A los 14 años ya me comía el mundo sin saborearlo, trabajé en empresas transnacionales, en el mundo del marketing y decía que cuando fuera millonario ayudaría a la gente porque siempre me ha interesado la situación de los niños de la calle, que han sido centro de mis relatos. A los 19 años creo mi empresa, a los 23 gestionaba la mayor banda de rock de mi país y a los 24 años fundo la onegé Una Mano Amiga (UMA) y me voy a las calles a rescatar a niños y a personas con VIH. La fundación se convierte en viral porque no era de Iglesia y no tenía connotaciones religiosas y en los últimos 20 años me he dedicado al servicio con la gente. Mi primer libro, Mi amigo Papagayo, se convirtió en un éxito, que era como el ve-hículo que conectaba al adulto con su niño interno. He escrito varios libros para ayudar y el último, Échale bolas y verás el cielo es como dejar mi alma al desnudo. No busco aprobación externa, sino que la gente salga de una trampa de la sociedad que te dice cómo tienes que vivir.

¿Cuándo deja de ser empresario y se convierte en filántropo?

Hay unos quiebros importantes. Conocí a Franco de Vita y a Carlos Baute, dos músicos venezolanos, en el lobby de un hotel y fui a su concierto. Allí Franco presentó un disco inspirado en los niños de la calle en Colombia, salí impactado y llorando del concierto. Después con mi empresa empiezo a hacer eventos para niños en la calle y en orfanatos y una niña le dijo al mago si le podía sacar una familia. Fue la seguda gran señal y la tercera fue un accidente de tráfico donde me metí debajo de un camión a 140 kilómetros por hora. Y dije, que más señal quieres y ahí empezó otro nuevo Alejandro y así nace este libro nuevo, que está inspirado en lo que me pasa en mi primer Camino de Santiago. Tuve una muerte espiritual que me hizo desprenderme de mi ego, ir por la vida ligero de equipaje. Esta conferencia tiene por eso tres tiempos, qué pasa en mi vida antes, qué pasa en mi vida en el Camino de Santiago y después. Estuve en India trabajando con la madre Teresa y siempre me ha dolido ver sufrir a un niño, un anciano o un animal, por eso tenemos casa para niños, ancianos y una fundación de animales.

'Échale bolas y verás el cielo', un título sin ambigüedades...

No consigues el Everest que quieres si no le echas bolas para dar el primer paso. Se vende que la felicidad es un kit que te compras y ya eres feliz, pero no es así. Hay que comprender que la vida es un ciclo, que uno es un regalo para este planeta, para otra persona, si no eres uno más en el rebaño. La vida no es una meta, es un viaje que hay que disfrutar, ser lo que queremos ser.

¿Qué pasos explica para quien quiera cambiar se decida?

Parte de la confereencia es el no idealizar. A veces pensamos que los de afuera tienen dones, pero nosotros también los tenemos. Los miedos paralizan y está comprobado que solo hay dos miedos, a caerse y a los ruidos, los demás son creados por nosotros. Debemos revelarnos ante nuestras propias creencias, ser auténticos, pero esto tiene un precio en una sociedad dormida. La conferencia es un camino muy vivencial y la gente sale empoderada en decir o echo bolas o seguiré dormido.

Estamos en una sociedad individualista, pero también muy gregaria. ¿Cómo se rompe esto?

Cada vez hay más millones de personas en el planeta y cada vez estamos más solos. Estos teléfonos acercan a los que están lejos y alejan a los que tenemos cerca porque forman parte de una evasión más que tenemos los seres humanos y yo uso mucho la tecnología, pero no me disocio, sino que sigo conectado con lo sencillo. Es asumir el riego a vivir, tenemos mucho miedo a morir y el único miedo debería ser a no vivir. Pero hay que revisarse continuamente.

¿Cómo podemos diferenciar a los charlatanes que buscan beneficios en lo espiritual?

Todos somos energía y la energía se siente. He estado en muchas conferencias porque me encantan y te das cuenta cuando hay un corta y pega de Facebook o hay algo vivencial. Ahí está la diferencia, hay mucha gente que hace negocio con la espiritualidad, pero lo que es genuino no se negocia, uno siente cuando te están engañando. La energía que tiene que llegar, te llegará, lo que me interesa es que en mi conferencia la gente diga que si no he cambiado, debo dar el paso.

¿Cómo se motiva a alguien para que dé el primer paso?

Cuando hablo en mis conferencias es muy vivencial, cuando veo que lo que me define no es mi sexualidad, ni mi estatus, mi país o mi bandera, sino lo que soy. Ese proceso de aceptación es lo que está generando este libro y me llaman diciendo que 'yo merezco ser feliz'. Verán en la conferencia a alguien que no es un marciano, sino uno igual a los demás y que se dio permiso de ser uno mismo".

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