Los edificios Los Marinos de Melenara contarán con una nueva y más lucida imagen después de la ejecución de su proyecto de rehabilitación elaborado por la empresa pública Fomentas y presentado ayer por la tarde a los vecinos del barrio costero por la alcaldesa, Carmen Hernández, en la ermita de San Pedro Mártir. Una imagen que, por ejemplo, supondrá que cuenten con portero electrónico y telefonillo en cada domicilio.

La inversión más cuantiosa que se realizar con el Fondo de Desarrollo de Canarias (Fdcan) este año en Telde -1.047.195,48 euros- supondrá la renovación no solo de las fachadas, la reparación de sus azoteas, cajas de escalera o la reparación de las redes de saneamiento y abastecimiento de los edificios, además de la mejora de sus equipos eléctricos y el entorno de la barriada. Así, la reparación de las aceras, de sus equipamientos deportivos y sociales entran en el proyecto de Fomentas y que dará respuesta a esta demanda histórica de sus residentes, quienes llevan años criticando el mal estado de los bloques de viviendas y han reclamado una intervención institucional.

La alcaldesa, también concejala de Vivienda, expuso en la reunión mantenida en la ermita, sede de las reuniones de la mesa antidesahucios y acceso a la vivienda, las claves del proyecto Área de Rehabilitación y Regeneración Urbana (ARRU) de este grupo de casas.

Los trabajos de electricidad, fontanería o albañilería serán las intervenciones más arduas y complejas con las que tendrán que enfrentarse los operarios para cambiar, reparar o acabar las infraestructuras interiores necesarias para el buen funcionamiento de todos los servicios básicos. No solo en el interior, sino también en el exterior, tanto en las fachadas y cubiertas como en los equipamientos deportivos y sociales del entorno.

Construidos en 1973, Los Marinos albergan a 132 familias de Melenara, pero el deterioro de los edificios los han convertido en zona peligrosa, como han denunciado en repetidas ocasiones e incluso se propuso como medida de presión la colocación de pancartas alusivas a su situación, aunque las negociaciones con el grupo de gobierno evitaron este desenlace.

El proyecto de rehabilitación supondrá también un cambio en el color de los edificios, a tenor de los gráficos, con tonos más claros. Esto, junto a la mejora del entorno, acabará o eso se pretende con su actual impacto visual.