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Fotografías con palabras

La exposición 'Cámara lúcida' presenta la obra de 12 fotógrafos ciegos o con una grave discapacidad visual en la ermita de San Pedro Mártir

La exposición Cámara lúcida engancha tan pronto se entra por la puerta de la ermita de San Pedro Mártir, donde permanecerá abierta hasta el próximo 14 de julio. No son grandes nombres los que exponen e incluso puede que a parte del público que asista a contemplarla los 32 trabajos expuestos les puedan resultar un tanto raros por su temática. En un recorrido por la sala puede observarse de todo un poco, desde fotografías de naturaleza, cuerpo humano o paisajes e incluso varias aparentemente difusas, pero que tienen su historia.

La historia ni más ni menos de 12 miembros de un taller de fotografía coordinado por Tomás Correa y patrocinado por la Fundación DISA en el primer proyecto de colaboración con la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE) y que tiene el propósito de consolidarse en el tiempo. Una docena de alumnos ciegos o una grave discapacidad visual -con menos del 10% de visión según lo establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS)- y que gracias al taller Cámara lúcida han encontrado una forma de expresión y de superación que les une.

Correa, fotógrafo, coordinador del taller y comisario de la exposición, destaca "las enormes ganas e ilusión de todos los participantes, que se han volcado en el aprendizaje de varias técnicas para realizar sus fotografía y que han puesto en ellas sus sensaciones, sus emociones". La gran pregunta es cómo una persona ciega no solo puede captar imágenes del entorno donde las realiza, sino después seleccionarlas. No es ciencia ficción, es técnica, tesón y sensación, donde los sentidos como el tacto o el oído prevalecen sobre el de la visión, que pasa a un segundo plano para quienes sus ojos no son el referente de la realidad.

Tomás Correa contesta sin problemas a esta supuesta contradicción, a este ejemplo de oxímoron que hace impensable que esta docena de fotógrafos aficionados sean autores de unos trabajos que logran la admiración del espectador cuando conoce quiénes son los que han estado detrás de la cámara y cómo las han realizado. "En el taller les hemos enseñado técnicas para ayudarles a representar tanto el entorno como su interior, la esencia de nosotros mismos. Lo más fuerte de la exposición es que más que lo que rodea a las personas que han hecho las fotos, es lo que expresan ellos mismos". La ceguera o su grave discapacidad visual se ha superado con la descripción del lugar donde estaban por varios voluntarios, quienes detallan lo que ven y luego han sido los fotógrafos los que han elegido qué enfocar y cómo.

"La cámara más que en los ojos se las han colocado en el mentón o en la frente, se les ha enseñado la diferencia entre las líneas horizontales o diagonales. Son fotografías conceptuales, son preparadas y definidas , toman muchas fotografías para elegir las mejores luego", apunta Correa.

La selección de las fotos una vez realizadas también se basa en la descripción que reciben los autores sobre ellas y cuáles les gusta más. No las ven, pero sí pueden conocer cómo han quedado. En la muestra expresan en tablones lo que les ha supuesto la experiencia.

La exposición contó ayer con la presencia de Raquel Montes, directora de la Fundación DISA; José Antonio López, delegado territorial de la ONCE en Canarias y de las concejalas de Cultura y Participación Ciudadana, Marta Hernández y Saro Sosa, respectivamente. Tanto Montes como López destacaron el proyecto que ambas entidades impulsan para motivar el desarrollo personal de los participantes y expresaron su propósito de consolidarlo y expandirlo.

Junto a ellos, Francisco González Acosta, uno de los fotógrafos que muestra su trabajo, indicó que "quería potenciar la creatividad y no me ha resultado difícil".

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