Miembros de la junta directiva del Residencial Bahía Mar, heredero del otrora hotel costero, defienden las excelencias del lugar donde residen, pese a los problemas que se han ido amontonando en los últimos años. Basura en la calle, incumplimiento de las señales que prohíben aparcar junto a unos riscos con riesgo de desplome o el aparcamiento en que se ha convertido el paseo hacia la playa. Sin olvidar, afirman algunos residentes, lo baños que se dan en la piscina las ratas o la basura existente en la arena tras el temporal de octubre de 2015 y donde papeles higénicos o porquería se disimulan por la arena desde hace dos años.
"Aquí viven 66 familias y muchos hemos comprado porque nos gusta este sitio, con una playa al lado, bien conectado y muy tranquilo, pero el abandono que estamos sufriendo por parte del Ayuntamiento de Telde nos está resultando insportable e incluso algunos han optado por marcharse a otro lugar", alega uno de los directivos.
Un simple vistazo a la zona permite hacerse una idea exacta de lo que pasa en este paraíso convertido en un infierno de basura, invasión de la playa por ciudadanos incívicos que llevan sus coches casi hasta la arena o que no respetan los aparcamientos exteriores o lo más grotesco: las ratas, enormes y negras que aprovechan en ocasiones la piscina del complejo para darse un baño. "Tenemos que pagar su limpieza para evitar infecciones y esto es un suma y sigue al esfuerzo que tenemos que realizar en un lugar que si se nos atendiera es una maravilla", apunta otra miembro de la junta directiva.
"Estamos abandonados"
El envío de escritos por correo electrónico al Ayuntamiento de Telde no han tenido respuesta, ya que las demandas remitidas a varias de las concejalías, solo una, "la de Medio Ambiente, nos contestó para decirnos que lo solicitado no es competencia suya y ahí se acaba toda comunicación; estamos abandonados por la administración", sentencia otro directivo.
La playa, para los perros, los residentes del Bahía Mar han optado por acercarse a las vecinas La Garita o incluso a Melenara para disfrutar de un placer que tienen tan cerca, pero que es muy lejano. "No estamos en contra de las playas para perros, pero si en esto quieren convertirla, por lo menos que la limpien", indica una residente, quien critica que el Ayuntamiento aún no les haya concedido el vado para los aparcamientos situados junto a la fachada del edificio y que "muchas veces supone que nos bloqueen la salida".
No lo entienden, sobre todo cuando pagan la contribución entre 350 y 500 euros y no reciben los servicios básicos con regularidad. "La basura la recogen una vez a la semana, pero no siempre el mismo día o llegan a faltar una semana, solo hay cuatro papeleras llenas hasta arriba de no recoger su contenido", pero aseguran que esta zona es "la costa sin ley, con un alumbrad público apenas inexistente, las aceras a las que les faltan muchos baldosines, señales tiradas al suelo", exponen.
Las fiestas y asaderos en la playa son una constante el fin de semana, donde el ruido, la suciedad en la arena, "donde si sales con calcetines se quedan negros de la porquería que hay, ya que no se limpia ni se sabe el tiempo" martirizan a los ya quemados residentes. Como reiteran, "es una pena que te compres una casa junto al mar y no la disfrutes porque la zona está asquerosa".
